Kiev sufre el mayor ataque aéreo ruso desde 2022
La capital ucraniana fue blanco de un ataque masivo con drones contra edificios gubernamentales, en un episodio que reabre el debate internacional sobre sanciones y diplomacia con Moscú. Estados Unidos y Donald Trump se ven ahora obligados a redefinir su postura.
Kiev volvió a vivir este fin de semana uno de sus episodios más oscuros desde el inicio de la guerra en 2022. Rusia lanzó un ataque aéreo masivo con drones sobre la capital ucraniana, con el objetivo de impactar edificios gubernamentales y estratégicos. Se trata del mayor ataque aéreo contra la ciudad desde que comenzó la invasión, un hecho que evidencia el recrudecimiento del conflicto.
Las imágenes que circularon en redes y medios internacionales muestran el alcance de la ofensiva: drones rusos sobrevolando la capital y explosiones que estremecieron a la población. El gobierno ucraniano denunció este movimiento como una escalada directa de Moscú para mantener la presión sobre la resistencia de Kiev.
La magnitud del ataque no solo golpea a la población ucraniana, sino que también tiene profundas implicaciones en la política internacional. Estados Unidos, bajo la influencia de Donald Trump y su círculo más cercano, evalúa si apostar por una mayor presión diplomática o intensificar el régimen de sanciones contra Rusia. La decisión marcará la línea de Occidente frente al nuevo escenario del conflicto.
Este ataque llega en un momento clave, cuando la comunidad internacional debate entre continuar con la vía de la confrontación económica y militar o abrir espacio a conversaciones diplomáticas. Sin embargo, la magnitud del ataque en Kiev hace que la segunda opción parezca cada vez más lejana.
La situación en Ucrania, lejos de encontrar un respiro, confirma que la guerra entra en una nueva fase. Una fase en la que Rusia busca reforzar su posición con gestos de fuerza, mientras la comunidad internacional se enfrenta a la necesidad de tomar decisiones que definirán el rumbo de la crisis en los próximos meses.