El empresario vuelve a cargar contra la UE tras la multa de 120 millones a X

Musk redobla su ofensiva contra Bruselas: “La Unión Europea no es una democracia”

Lejos de rebajar el tono, Elon Musk ha vuelto a atacar frontalmente a la Unión Europea, esta vez cuestionando incluso su legitimidad democrática. En un nuevo post en X, el magnate aseguró que “la Unión Europea no es DEMOcracia – gobierno del pueblo – sino BUREAUcracia – gobierno del burócrata no elegido”. Sus declaraciones se producen después de la multa de 120 millones de euros impuesta a X Corp. por la Comisión Europea y la posterior suspensión de la cuenta de publicidad del Ejecutivo comunitario en la plataforma.

EPA/JIM LO SCALZO
EPA/JIM LO SCALZO

Musk cuestiona la legitimidad democrática de la UE

En su último mensaje, Musk elevó la crítica a otro nivel al sostener que la UE no responde al principio de “gobierno del pueblo”, sino al de “gobierno de burócratas no elegidos”. La frase, formulada con el juego de palabras entre “DEMOcracia” y “BUREAUcracia”, encaja con el relato que el empresario lleva días construyendo: una Unión Europea presentada como estructura opaca, intervencionista y alejada de los ciudadanos.

El post no es una salida aislada, sino parte de una ofensiva sostenida en la que Musk no solo cuestiona la regulación, sino el propio modelo institucional de la UE. Sus palabras alimentan un debate ya sensible dentro del bloque sobre el equilibrio entre tecnología, soberanía regulatoria y legitimidad democrática, y convierten al dueño de X en uno de los críticos más sonoros del diseño político europeo en el ámbito digital.

De la multa millonaria a la llamada a “abolir” la Unión Europea

La tensión entre Musk y Bruselas estalló tras la decisión de la Comisión Europea de imponer a X Corp. una multa de 120 millones de euros por presunto “diseño engañoso” en el sistema de verificación de cuentas (el conocido check azul) y falta de transparencia en la publicidad, en el marco de la Ley de Servicios Digitales (DSA).

Desde entonces, el empresario ha escalado el enfrentamiento verbal:

  • ha pedido públicamente que la UE sea “abolida”,

  • ha acusado a Bruselas de “aplastar la libertad de expresión”,

  • y ha cuestionado la imparcialidad de las instituciones comunitarias en materia regulatoria.

Las declaraciones de Musk se producen, además, en un contexto en el que la UE intenta posicionarse como referente global en regulación tecnológica –desde contenidos en redes sociales hasta inteligencia artificial–, lo que inevitablemente choca con los intereses y la estrategia de algunas de las grandes plataformas.

X suspende la cuenta de publicidad de la Comisión Europea

El choque no se queda en el plano retórico. En las últimas horas, X ha suspendido la cuenta de publicidad de la Comisión Europea, alegando que el Ejecutivo comunitario habría aprovechado un “exploit” en la herramienta de creación de anuncios para inflar artificialmente el alcance del mensaje en el que anunciaba la multa contra la plataforma.

Desde la compañía sostienen que, al actuar de este modo, la Comisión habría infringido las propias normas de X, mientras al mismo tiempo exige a la compañía un cumplimiento estricto de la DSA. La decisión tiene una fuerte carga simbólica: la institución que regula la publicidad digital en Europa ve limitada su capacidad de anunciarse en una de las principales redes sociales del mundo.

Un pulso con implicaciones regulatorias, políticas y de negocio

Más allá del intercambio de declaraciones, el enfrentamiento entre Musk y la UE tiene tres grandes dimensiones.
En primer lugar, la regulatoria: Bruselas busca demostrar que la DSA es una herramienta efectiva para controlar a las grandes plataformas, mientras X defiende que se trata de una forma de censura encubierta.
En segundo lugar, la política: los mensajes del empresario cuestionando la naturaleza democrática de la UE alimentan discursos euroescépticos y polarizan el debate público.
Por último, la empresarial: nuevas sanciones, restricciones o decisiones unilaterales –como la suspensión de cuentas institucionales– pueden afectar tanto a la reputación de X en Europa como a la relación del bloque con un actor clave en el ecosistema digital global.

Por ahora, nada indica que el tono vaya a moderarse. Musk ha dejado claro que está dispuesto a librar esta batalla en público, mientras Bruselas sigue decidida a hacer valer su marco regulatorio. El resultado puede redefinir no solo la relación entre la UE y X, sino también el modo en que Europa se relaciona con el poder de las grandes plataformas tecnológicas.

Comentarios