Rubio reafirma su “apoyo inquebrantable” a Israel a dos años del 7-O
Al cumplirse el segundo aniversario de los brutalmente coordinados ataques de Hamás del 7 de octubre, el secretario de Estado estadounidense Marco Rubio deja atrás los discursos tibios y reafirma el respaldo total de Washington a Israel. En medio de las negociaciones por el futuro de Gaza y bajo la sombra de conflictos sin resolver, su mensaje apunta a marcar una línea clara en medio de la tormenta diplomática.
Este martes, en una declaración cargada de simbolismo y firmeza, Marco Rubio conmemoró los dos años del ataque terrorista de Hamás contra Israel con palabras que vienen a remarcar el papel estadounidense —y particularmente su administración— en el tablero geopolítico del Medio Oriente. “En este segundo aniversario del espantoso ataque del 7 de octubre, Estados Unidos sigue firme en nuestro apoyo a Israel en nuestra lucha común contra el terrorismo y en nuestra determinación compartida para poner fin al sufrimiento de todos los rehenes y sus familias”, escribió Rubio en la red social X.
La intervención no se quedó solo en palabras de respaldo militar: Rubio defendió explícitamente el plan de 20 puntos para Gaza desarrollado por el presidente Donald Trump, calificándolo como una “oportunidad histórica” para cerrar un capítulo oscuro y edificar una base para una paz duradera. La alusión al plan coincide con los esfuerzos diplomáticos que se multiplican en Egipto y otros países mediadores en torno a la liberación de rehenes, la cesación del fuego y un eventual arreglo político. Según reportes de medios internacionales, el plan contempla fases escalonadas de retirada israelí, intercambio de prisioneros y supervisión internacional.
Pero Rubio no elude los contrapuntos. En declaraciones recientes, ha señalado que la guerra en Gaza ha erosionado el apoyo global a Israel, algo que –asegura– Washington busca revertir mediante un liderazgo diplomático más agresivo. Su discurso también incluyó condenas a la ola creciente de antisemitismo que ha acompañado al conflicto desde 2023, y un llamado a la comunidad internacional para mantener firme el respaldo a Israel como Estado soberano.
La figura del aniversario agrega otra carga simbólica: el 7 de octubre no solo fue el punto de partida de un conflicto feroz, sino también un momento que fracturó escenarios diplomáticos, humanitarios y de seguridad. Para muchos en Israel, ese día dejó heridas colectivas abiertas y una agenda de demandas pendientes: rehenes en Gaza, reconstrucción del norte, amenazas colaterales en Líbano y una narrativa internacional cada vez más crítica.
En ese contexto, el mensaje de Rubio puede leerse como un impulso estratégico: reposicionar a EE. UU. como actor central en las negociaciones, evitar que Israel quede aislado diplomáticamente y proyectar la narrativa de que cualquier solución duradera debe pasar por un componente de seguridad fuerte. Sus declaraciones llegan justo cuando las conversaciones indirectas entre Israel y Hamás se intensifican en Egipto, mediadas por Qatar, Egipto y otros actores regionales.
Quienes siguen el conflicto evalúan si la combinación de fuerza y diplomacia que plantea Rubio/Trump tiene la capacidad de cimentar una tregua genuina o, al menos, desencadenar un intercambio de rehenes que alivie la tensión. Pero el riesgo es elevado: cualquier paso en falso podría avivar nuevas escaladas, tanto en Gaza como en los frentes colaterales, como Líbano o fronteras con Siria.
En definitiva, Rubio ha escogido el aniversario del 7 de octubre no solo para conmemorar víctimas y reafirmar alianzas, sino para lanzar un mensaje claro: en la guerra de narrativas, Estados Unidos no solo respalda a Israel, sino que reclama un rol activo en moldear el próximo capítulo de una región convulsa.