Rusia no ve obstáculos para una cumbre entre Trump y Putin y deja abierta la vía al diálogo
El viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Ryabkov, aseguró este miércoles que Moscú “no ve grandes obstáculos” para una próxima reunión entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente ruso, Vladimir Putin. La declaración, recogida por la agencia TASS, alimenta las expectativas de un posible encuentro entre ambos mandatarios en un momento de tensiones internacionales y reconfiguración geopolítica.
El gobierno ruso se mostró optimista sobre la posibilidad de un próximo cara a cara entre Donald Trump y Vladimir Putin. Sergei Ryabkov, viceministro de Asuntos Exteriores y una de las voces más influyentes en la diplomacia rusa, afirmó que Moscú “no percibe grandes obstáculos” para la organización de una cumbre, aunque evitó confirmar fechas o lugares. “La disposición al diálogo existe y las condiciones podrían alinearse más pronto que tarde”, añadió Ryabkov en declaraciones a medios estatales.
La posibilidad de un encuentro entre ambos líderes ha estado sobre la mesa desde el regreso de Trump a la Casa Blanca, en medio de una nueva etapa de distensión tentativa entre Washington y Moscú. Aunque las relaciones entre ambos países continúan marcadas por la guerra en Ucrania, las sanciones económicas y la rivalidad en el ámbito energético, la administración Trump ha insinuado que está abierta a “revisar la estrategia de contención” hacia Rusia si se logran avances en seguridad global y control de armas.
Fuentes diplomáticas en Moscú citadas por RIA Novosti señalaron que la agenda potencial incluiría temas como el conflicto ucraniano, la estabilidad nuclear, el comercio energético y el papel de Rusia en el mercado global de materias primas. La Casa Blanca, por su parte, no ha confirmado oficialmente preparativos para la reunión, aunque un portavoz del Departamento de Estado indicó que “todas las opciones diplomáticas están siendo evaluadas con base en los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos”.
Expertos internacionales interpretan las declaraciones de Ryabkov como un intento del Kremlin de medir el terreno político antes de un posible restablecimiento de vínculos bilaterales. “Rusia busca proyectar disposición al diálogo en un contexto donde su economía está sometida a fuerte presión por las sanciones y su aislamiento diplomático”, señaló a Reuters Maria Zakharova, analista del Instituto de Estudios Internacionales de Moscú.
En Washington, la posibilidad de una reunión entre Trump y Putin genera reacciones mixtas. Mientras algunos sectores republicanos la ven como una oportunidad para reducir tensiones globales y estabilizar los mercados energéticos, críticos dentro del Partido Demócrata advierten del riesgo de una negociación que podría legitimar la posición rusa en Ucrania sin garantías reales de paz.
El eventual encuentro también tendría repercusiones en Europa. Bruselas mantiene una postura de cautela ante cualquier acercamiento directo entre Washington y Moscú que no pase por coordinación con la OTAN o la Unión Europea. “La unidad transatlántica sigue siendo esencial”, recordó el alto representante europeo Josep Borrell, subrayando que cualquier diálogo debe incluir compromisos claros en materia de soberanía y seguridad regional.
Aunque todavía no existe confirmación oficial, fuentes de Bloomberg apuntan a que el equipo de Trump estaría evaluando la posibilidad de celebrar la cumbre en un país neutral como Suiza o Finlandia, siguiendo la tradición de encuentros entre ambos países durante la Guerra Fría.
Si la reunión llega a concretarse, sería la primera cumbre formal entre ambos líderes desde 2018, cuando Trump y Putin se reunieron en Helsinki. Aquel encuentro fue ampliamente criticado en Estados Unidos por la falta de transparencia y las declaraciones conciliadoras del entonces presidente estadounidense hacia su homólogo ruso.
Por ahora, tanto Moscú como Washington mantienen un tono prudente. Pero el mensaje del Kremlin es claro: Rusia busca volver al diálogo directo con Estados Unidos, aunque sin renunciar a sus posiciones estratégicas. En un escenario internacional cada vez más polarizado, una eventual cumbre Trump-Putin podría marcar el inicio de una nueva etapa de realineamiento global.