El plan de paz de Trump para Gaza, en la cuerda floja: ¿accederá Hamas?

Trump lanza su ultimátum: si Hamas rechaza el plan, Israel actuará sin vacilar

El presidente de EE. UU. Donald Trump reafirmó este martes que Israel hará “lo que tenga que hacer” si Hamas rechaza el plan de paz de 20 puntos que propuso. Hablando al partir hacia la base militar de Quantico, Virginia, Trump insistió en que la organización palestina dispone de tres o cuatro días para responder, asegurando que no hay mucho margen para negociar. Su propuesta plantea un desenlace político-militar complejo para una región exhausta por la guerra.

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Trump lanza su ultimátum: si Hamas rechaza el plan, Israel actuará sin vacilar - EPA/WILL OLIVER / POOL

En el agitado escenario que envuelve al conflicto entre Israel y Hamas, la iniciativa propuesta por Donald Trump representa un giro audaz —o temerario— en las estrategias diplomáticas hasta ahora ensayadas. Desde la Casa Blanca, Trump y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, presentaron el plan de 20 puntos con la esperanza de que Hamas acepte las condiciones sin dilaciones. Pero la historia reciente demuestra que el conflicto de Gaza no se resuelve con solo buenas intenciones.

Entre las cláusulas más exigentes figuran la desmilitarización total de Hamas, la liberación de todos los rehenes en un plazo de 72 horas tras la aceptación del plan, y el establecimiento de un gobierno de transición tecnocrático supervisado por una autoridad internacional bajo liderazgo de figuras como Trump y el ex primer ministro británico Tony Blair.

En contrapartida, Israel se comprometería a detener sus operaciones militares en fases controladas y a liberar a cientos de prisioneros palestinos, siempre que Hamas cumpla con los requisitos de rendición y disolución de su aparato militar. Pero la clave de esta propuesta no está solo en lo que contiene, sino en lo que exige: la entrega total, sin garantías claras más allá de un amago diplomático, y bajo un cronograma breve y apremiante. 

El ultimátum que acompaña el plan no es menor: Trump dejó claro que EE. UU. respaldará a Israel en eliminar a Hamas si este rechaza la propuesta. “Israel hará lo que tenga que hacer”, dijo el presidente al enfatizar que “no hay mucho margen” para modificar las demandas. Netanyahu, por su parte, alertó que Israel está listo para “terminar el asunto”, con o sin acuerdo previo. El mensaje no deja lugar a equívocos: si Hamas no acepta el pacto, la ofensiva continuará.

Fuentes en Oriente Medio informan que Hamas, presionada desde varios frentes, estudia una respuesta. Según Reuters, la organización palestina evalúa los términos del plan mientras aliados árabes y musulmanes ejercen presión para que acepte. Por otro lado, CBS News apunta a que Hamas podría responder con rapidez a través de mediadores cataríes y egipcios. Pero la pregunta más delicada es si la organización militante aceptará rendirse sin recibir garantías estructuradas sobre el futuro del enclave palestino.

Las voces críticas advierten que este plan de paz —aun respaldado por algunos gobiernos árabes— podría inclinarse excesivamente hacia los intereses israelíes. Varios analistas ven inverosímiles las condiciones impuestas a Hamas, como la desmilitarización completa, sin mecanismos reales de verificación o protección política clara. Históricamente, los intentos de negociación entre Israel y Hamas han fracasado ante la falta de confianza, los desequilibrios de poder y las disputas sobre soberanía y control territorial.

Si Hamas rechaza la oferta y la ofensiva se reanuda, Gaza podría quedar más devastada aún. Los civiles —quienes ya sufren una crisis humanitaria profunda— serían los más afectados, atrapados entre bombardeos, bloqueos y colapsos de servicios esenciales. Naciones Unidas ha advertido repetidamente sobre los límites del umbral humanitario en la Franja.

Para el mundo empresarial y financiero, este episodio no es ajeno: una escalada bélica prolongada podría tensionar los mercados del gas y del petróleo, disparar precios energéticos y generar oleadas de inestabilidad geopolítica global. Las cadenas de suministro podrían resentirse si el conflicto se extiende a países vecinos o genera reacciones en regiones críticas. En ese sentido, el plan de Trump no solo busca una salida militar, sino también una tentativa de estabilización regional con implicaciones económicas profundas.

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