“Si Ucrania falla en su unidad interna, militarmente puede estar muerta también”. Enrique Navarro

“Si Ucrania falla en su unidad interna, militarmente puede estar muerta también”. Enrique Navarro

En esta entrevista con Enrique Navarro Gil, Chairman en MQGlobalnEt, se aborda en profundidad la compleja situación del conflicto entre Rusia y Ucrania, así como su repercusión en la política internacional. Navarro señala que las recientes rondas de negociaciones en Estambul “resuelven problemas muy concretos del conflicto bélico”, pero que “Rusia no tiene ningún interés ni en una tregua, ni en una paz”, lo que mantiene el conflicto lejos de una solución. Además, destaca que los avances en el frente son mínimos y que la estrategia rusa se centra en “una ofensiva de desgaste con ataques a infraestructuras críticas y bombardeos continuos que afectan la moral ucraniana”.

Respecto a la ayuda militar, aclara que “las baterías de misiles de largo alcance que está recibiendo Ucrania pueden proteger infraestructuras clave y debilitar la ofensiva rusa”, aunque advierte que el conflicto podría escalar si Estados Unidos y sus aliados continúan intensificando el suministro de armamento. En cuanto a la situación política interna de Ucrania, se menciona la compleja gestión de Zelenski frente a las protestas por la lucha contra la corrupción, señalando que “su existencia depende de la ayuda internacional y de la imagen que transmite, por lo que no puede permitirse errores en el frente interno”.

Se analiza también la política estadounidense, donde Navarro considera que las acusaciones de Trump contra Obama son “una distracción para desviar la atención de los escándalos que enfrenta su administración”, calificando estas maniobras como “tormentas de verano que no durarán mucho”.

Por último, se aborda la posición de Israel, que condena los ataques rusos contra civiles en Ucrania y mantiene una alianza sólida con Zelenski, a pesar de las tensiones internas que enfrenta en Gaza. Sobre las negociaciones para un alto el fuego, Navarro explica que “el principal problema es la desconfianza mutua entre las partes, lo que hace inviable cualquier acuerdo sin un mediador imparcial, que hoy no existe”, y critica la falta de una postura firme de la Unión Europea, que ha perdido la oportunidad de ser un actor clave neutral.