¿Se avecina una tercera ola inflacionaria en Estados Unidos? La advertencia de Crescat Capital
La propuesta de nuevos estímulos directos llega en un contexto de déficit elevado, materias primas al alza y voces que advierten de una posible tercera ola inflacionaria.
Estados Unidos vuelve a caminar sobre la cuerda floja de la inflación. La idea del expresidente Donald Trump de entregar 2.000 dólares a cada familia ha encendido las alarmas de analistas que ven en esta propuesta el posible detonante de una nueva espiral de precios. El estratega Tavi Costa, de la firma de inversión Crescat Capital, compara el momento actual con el periodo 1967-1983, marcado por crisis petroleras, errores monetarios y una inflación desbocada. Su tesis es clara: tras dos oleadas inflacionarias desde 2015, la economía estaría en un “valle temporal” antes de un tercer golpe que podría llevar la inflación hasta el 15%.
En este escenario, el elevado déficit público, la perspectiva de bajadas de tipos y la debilidad del dólar preocupan a Wall Street, que observa con inquietud el repunte de los precios de la energía y otras materias primas. El recuerdo de las políticas de Paul Volcker y el riesgo de una nueva fase de estanflación han devuelto la inflación al centro del debate político y financiero estadounidense.
Un precedente histórico inquietante
El análisis de Tavi Costa parte de un paralelismo incómodo: la situación actual frente al periodo 1967-1983, una etapa en la que Estados Unidos sufrió inflación alta, crisis del petróleo y decisiones monetarias erráticas. Para el estratega de Crescat Capital, no se trata de una simple coincidencia gráfica, sino de un patrón que recuerda cómo los excesos fiscales y monetarios pueden acabar desbordando cualquier intento de control.
Según su lectura, desde 2015 la economía estadounidense habría atravesado ya dos ondas inflacionarias: una fase de subida intensa seguida de una moderación parcial. El momento actual, que define como un “valle temporal”, sería menos un punto de llegada que una pausa previa a una tercera oleada potencialmente más agresiva.
El riesgo de una inflación al 15%
La proyección más llamativa del modelo de Costa es la posibilidad de que la inflación alcance niveles cercanos al 15%, una cifra que remite a los peores años de la crisis inflacionaria del siglo XX. En este escenario, los efectos sobre el poder adquisitivo, los tipos de interés reales y la valoración de los activos financieros serían profundos.
Una inflación de ese calibre obligaría a una respuesta contundente de la Reserva Federal, probablemente con subidas agresivas de tipos que encarecerían el crédito, presionarían a los mercados y aumentarían el riesgo de recesión. De ahí que cualquier medida que suponga inyectar más dinero directo en la economía, como los cheques de 2.000 dólares, sea vista con creciente suspicacia por parte de gestores e inversores.
Déficit elevado y tipos a la baja
Entre los factores que alimentan este posible escenario de tormenta perfecta destacan dos elementos: un déficit público cercano al 7% del PIB y la expectativa de reducciones de tipos de interés. La combinación de gasto público elevado y dinero más barato es, en términos clásicos, el combustible ideal para reactivar presiones inflacionarias, sobre todo en una economía que no ha terminado de digerir los excesos de estímulo de los últimos años.
En paralelo, el dólar debilitado aumenta el coste de las importaciones y refuerza el impacto de la subida de materias primas, especialmente la energía, donde los precios ya muestran signos de abuso inflacionario. Para Wall Street, esta mezcla de políticas expansivas y deterioro del tipo de cambio se traduce en un entorno de elevada incertidumbre para la renta fija, la renta variable y los activos refugio.
El ‘fantasma de Volcker’ y la sombra de la estanflación
El debate actual no puede entenderse sin mirar a la figura de Paul Volcker, el expresidente de la Reserva Federal que pasó a la historia por frenar la inflación de los años ochenta con subidas de tipos extremadamente agresivas. Aquellas decisiones, consideradas hoy un ejemplo de ortodoxia monetaria, tuvieron un coste alto en términos de crecimiento y empleo, pero lograron anclar las expectativas de precios.
Hoy, el temor que recorre parte del mercado es que la Fed pueda repetir errores: o actuar demasiado tarde, dejando que la inflación se descontrole, o responder de forma tan brusca que devuelva a Estados Unidos a un episodio de estanflación, con economía estancada y precios al alza. Un escenario especialmente dañino para la cohesión social, las finanzas públicas y la estabilidad política. Sobre este debate pivotan muchas de las discusiones en torno a la futura hoja de ruta monetaria y fiscal de Estados Unidos
