Los inversores europeos arrancan la jornada con el freno puesto antes del termómetro PMI

El DAX lidera las caídas en Europa antes de los PMI: la tecnología vuelve a sufrir y el mercado teme a una Fed más dura

Las bolsas europeas han abierto este viernes en rojo, con el DAX alemán como principal lastre y la tecnología nuevamente bajo presión. El mercado llega condicionado por la brusca corrección de Wall Street, el repunte de la volatilidad global y unas expectativas de política monetaria cada vez más inciertas. La publicación de los PMI de Alemania, la Eurozona y Reino Unido se convierte hoy en la gran prueba para confirmar si Europa mantiene el pulso de crecimiento… o empieza a enfriarse.

DAX sube un 0.70% en la apertura, impulsado por expectativas sobre datos económicos
El DAX lidera las caídas en Europa antes de los PMI: la tecnología vuelve a sufrir y el mercado teme a una Fed más dura

Europa tiene un problema clásico en jornadas como esta: cuando Estados Unidos estornuda, el viejo continente suele coger fiebre. Y eso es justo lo que está pasando. Tras el giro bajista de Wall Street y el desplome del Nasdaq, los parqués europeos han comenzado la sesión con pérdidas, encabezadas por un DAX que llegó a ceder en torno al 1,5%–1,7% en los primeros compases, seguido por el Euro Stoxx 50 y un FTSE 100 debilitado. Las caídas se explican por una mezcla incómoda de factores: miedo a tipos altos más tiempo, dudas sobre la narrativa de la IA y un mercado europeo muy expuesto a tecnología e industria.

DAX

El foco sectorial es claro: tecnología y semiconductores vuelven a ser el epicentro de la corrección. Valores europeos ligados al hardware y a la cadena global de chips han sufrido con fuerza, con nombres como ASML liderando los descensos del Euro Stoxx 50 tras la venta masiva global en el sector. El mercado está empezando a cuestionar valoraciones que parecían intocables hace semanas, especialmente después de la volatilidad extrema vivida en torno a Nvidia y el debate sobre una posible burbuja de IA.

A nivel macro, la sesión tenía marcado en rojo el calendario de PMI, y ya empiezan a conocerse las primeras lecturas. En Alemania, el PMI compuesto preliminar de noviembre bajó a 52,1 desde 53,9, señalando que la expansión continúa, pero con menos tracción. La foto interna preocupa: manufacturas siguen en contracción (48,4) y servicios pierden ritmo. Es decir, Alemania crece, sí, pero el motor industrial sigue gripado.

En la Eurozona, el PMI compuesto se mantiene en zona de crecimiento, pero ligeramente más débil (52,4), lo que apunta a un avance estable pero sin aceleración clara. La economía europea aguanta, pero el mercado quería señales más contundentes para justificar valoraciones tras un año de rebotes.

Euro Stoxx 50

Reino Unido también aporta ruido añadido. Las lecturas preliminares sugieren un sector privado con crecimiento moderado y un consumo vigilado muy de cerca por el mercado, especialmente a la espera de datos de ventas minoristas. En un entorno de tipos elevados y presión sobre hogares, cualquier signo de enfriamiento en demanda interna pesa directamente sobre Londres.

Con todo esto encima de la mesa, Europa abre a la baja no solo por “arrastre” de Wall Street, sino porque los PMI empiezan a confirmar el gran miedo del mercado: crecimiento sí, pero menos sólido de lo esperado. Si a eso le sumas el mensaje ambiguo de la Fed —miembros divididos y preocupación por inflación persistente—, el inversor europeo opta por reducir riesgo antes de que llegue una señal más clara desde la macro o desde los bancos centrales.

El euro y la libra, por cierto, se mueven con moderación al alza frente al dólar, reflejando que el mercado de divisas compra prudencia más que pánico. Pero en bolsa, el mensaje es otro: sin un PMI fuerte y sin una Fed más suave, el rally europeo se queda sin gasolina.

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