Rally de fin de año en Wall Street: el Dow y el S&P 500 rozan máximos y el Nasdaq levanta el pie
Wall Street cerró la última sesión de la semana con un nuevo avance del Dow Jones Industrial Average, que sumó 289 puntos, un 0,61%, en un contexto marcado por el optimismo sobre un posible recorte de tipos de la Reserva Federal en diciembre. El movimiento se produjo al cierre de un mes atípico: el S&P 500 logró salvar por la mínima el balance mensual, mientras que el Nasdaq encajó su primer retroceso desde marzo en plena corrección del sector tecnológico.
Para los analistas, el mensaje de fondo es doble: el mercado descuenta con fuerza un giro más dovish de la Fed, pero al mismo tiempo empieza a poner a prueba las valoraciones más agresivas ligadas a la inteligencia artificial.
Un Dow en máximos del año y un Nasdaq que levanta el pie
En la sesión del viernes, el Dow Jones avanzó un 0,6%, apoyado en pesos pesados como IBM (+1,85%), JPMorgan (+1,81%) y Amazon (+1,77%). En el lado opuesto, destacaron las caídas de Nvidia, que cedió cerca de un 2%, así como Travelers Companies y Johnson & Johnson, con descensos más moderados.
El comportamiento mensual dibuja un contraste claro entre índices.
– El S&P 500 cerró noviembre con una subida del 0,1%, encadenando siete meses consecutivos de avances y acumulando casi un 23% en ese periodo.
– El Dow Jones sumó un 0,3% en el mes y también firma su séptimo mes al alza, su mejor racha desde 2018.
– El Nasdaq, en cambio, cayó un 1,5% en noviembre, lastrado por la volatilidad en el segmento de inteligencia artificial tras varios meses de fuertes revalorizaciones.
Pese al bache del tecnológico, el cierre de la semana fue claramente positivo: el Nasdaq rebotó un 0,7% el viernes, apoyado en fabricantes de chips como Intel, Analog Devices o Micron y en gigantes como Amazon y Meta. Solo Nvidia volvió a desmarcarse a la baja, simbolizando el ajuste de las expectativas sobre algunos de los grandes ganadores del año.
La Fed, en el centro del relato: el mercado ya descuenta un recorte
El motor principal del rally de final de mes ha sido el cambio de expectativas sobre la Reserva Federal. Los últimos datos apuntan a una moderación del mercado laboral, y varios miembros del banco central han allanado el terreno para que Jerome Powell pueda defender un recorte de tipos ante un comité dividido.
Según las probabilidades implícitas en derivados, los inversores asignan ya alrededor de un 87% de probabilidad a una bajada de 25 puntos básicos en diciembre. No se trata tanto del impacto directo sobre la economía a corto plazo como del simbolismo: un recorte sería interpretado como la señal oficial de que el ciclo restrictivo ha tocado techo.
Como resume Brian Jacobsen, estratega jefe de Annex Wealth Management, un movimiento de un cuarto de punto “no cambia el mundo por sí solo, pero envía un mensaje claro: la Fed reconoce el enfriamiento del mercado laboral y está dispuesta a actuar”. Ese giro de tono es, en buena medida, lo que está sosteniendo las valoraciones en renta variable.
Una corrección “sana” en tecnología, según los gestores
La otra lectura que hacen los analistas es que el tropiezo del Nasdaq no responde a un cambio estructural, sino a una “corrección saludable” tras meses de euforia en torno a la IA generativa y los llamados “Magnificent Seven”.
Jay Hatfield, consejero delegado de Infrastructure Capital Advisors, lo resumía así: la caída reciente “reventó una pequeña burbuja y recordó a algunos inversores que los beneficios, el flujo de caja y la valoración siguen importando”. Dicho de otro modo, el mercado empieza a discriminar entre compañías con narrativas muy potentes pero métricas ajustadas y aquellas con crecimiento y caja más sólidos.
En este contexto, títulos como Nvidia han sufrido un ajuste más duro, mientras otros nombres del sector tecnológico y de semiconductores mantienen el favor del mercado. La sensación general entre los gestores es que la corrección ha servido para desinflar excesos sin romper la tendencia de fondo.
Un entorno global mixto y un ojo puesto en el consumo
Fuera de Estados Unidos, el tono ha sido más templado. El Stoxx Europe 600 y el Nikkei 225 japonés avanzaron menos de un 0,3%, mientras que el Hang Seng de Hong Kong cayó en una proporción similar. El índice europeo encadena cinco meses al alza, pero los principales selectivos asiáticos cerraron noviembre en negativo.
En Estados Unidos, el foco inmediato está en el consumo: el arranque del Black Friday–Cyber Monday ha impulsado a varias cadenas minoristas. Walmart subió en torno al 1,3%, apoyada en las previsiones de la National Retail Federation, que estima un récord de casi 187 millones de compradores entre Acción de Gracias y el 1 de diciembre.
Plata, oro y cripto: el resto del tablero también se mueve
El apetito inversor no se limitó a la bolsa. Los futuros de plata se dispararon por encima de los 56 dólares la onza, marcando un máximo histórico, en un movimiento explicado por una combinación de escasez de inventarios en China y expectativas de nuevos recortes de la Fed. La plata, con doble papel como metal precioso e industrial, ha casi duplicado su precio en lo que va de año. El oro también se animó y alcanzó su nivel más alto en más de un mes.
En el mercado de divisas, el dólar se estabilizó frente a una cesta de monedas tras varios días de caídas, mientras que las rentabilidades de los Treasuries repuntaron ligeramente pero se mantuvieron cerca de mínimos de octubre, en línea con la narrativa de un banco central menos agresivo.
El universo cripto también vivió su propia montaña rusa: bitcoin llegó a superar los 92.000 dólares antes de corregir parte del avance. La criptodivisa recupera así terreno tras haber caído por debajo de 81.000 la semana anterior, aunque sigue lejos de los máximos de octubre, por encima de 126.000. Valores vinculados al ecosistema, como Coinbase o firmas que acumulan bitcoin en balance, también acompañaron al alza.
Lo que miran ahora los analistas
Con noviembre ya cerrado, los equipos de análisis coinciden en varios puntos clave de cara a las próximas semanas:
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El mercado está muy cargado de expectativas sobre la Fed; cualquier mensaje menos dovish de Powell podría desencadenar tomas de beneficio.
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La rotación interna dentro del sector tecnológico —de historias más especulativas hacia compañías con beneficios sólidos— probablemente continuará.
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El consumo estadounidense durante la campaña navideña será una prueba decisiva para validar la tesis de “aterrizaje suave” de la economía.
De momento, los números mandan: el S&P 500 acumula ya una subida de más del 16% en el año, el Dow encadena siete meses en positivo y, pese al bache del Nasdaq, Wall Street sigue moviéndose muy cerca de máximos históricos. El “rally” de fin de año está en marcha; la duda es cuánto recorrido le queda antes de que el mercado vuelva a exigir pruebas a la economía real.

