Europa se tiñe de rojo en la apertura: la inflación y el PIB ponen a prueba el rebote de las bolsas
Las principales bolsas europeas abren la sesión de este viernes en negativo, con los inversores en modo prudente antes de una batería de referencias macro clave. En el foco, los datos de inflación en Francia y España y la lectura del PIB de la eurozona, que llegan justo después de que el crecimiento del Reino Unido quedara por debajo de las previsiones. El mensaje del mercado es claro: Europa se juega hoy parte del relato sobre si la desaceleración sigue controlada o si el riesgo de frenazo vuelve al centro del tablero.
La jornada arrancó con ventas generalizadas en los principales selectivos del Viejo Continente. El DAX alemán cedía alrededor de un 0,17 % en los primeros compases, arrastrado por descensos en valores industriales y de defensa como Rheinmetall, que se dejaba en torno a un 2 %. El Euro Stoxx 50 marcaba el tono negativo con caídas superiores al 0,6 %, mientras que el CAC 40 de París retrocedía cerca de un 0,6 % y el FTSE 100 londinense se situaba como uno de los más castigados, con pérdidas aproximadas del 0,7 %, encabezadas por la banca, donde Lloyds Banking lideraba los descensos.
Detrás de estos movimientos no hay un titular aislado, sino un cóctel de incertidumbres que vuelve a activarse. Los inversores ajustan posiciones tras varias sesiones de rebote y prefieren empezar el día con un tono prudente, a la espera de referencias macro que puedan confirmar o poner en duda el relato de una desaceleración controlada en la economía europea.
Inflación y PIB en el punto de mira
El foco del mercado se sitúa hoy en los datos de inflación de Francia y España y en la publicación del PIB de la eurozona. Los informes de IPC serán clave para evaluar hasta qué punto la moderación de los precios sigue su curso o corre el riesgo de estancarse. Especial atención merece el comportamiento de los servicios y de la alimentación, dos componentes donde la inflación se ha mostrado más resistente a normalizarse.
El PIB de la eurozona actúa como termómetro directo del momento del ciclo. Tras varios trimestres de crecimiento débil y revisiones a la baja en las previsiones, cualquier sorpresa negativa reforzaría la idea de una Europa atrapada entre una inflación todavía incómoda y una actividad que no termina de despegar. El mercado quiere ver señales de que la desaceleración está tocando fondo, no una confirmación de que el estancamiento se alarga.
El lastre del dato de Reino Unido
El dato de PIB del Reino Unido publicado ayer añade una capa extra de tensión. La economía británica avanzó por debajo de las expectativas de los analistas, enviando un mensaje que muchos inversores extrapolan al conjunto del entorno europeo: la demanda interna sigue frágil y el lastre de los tipos de interés altos continúa pesando sobre empresas y hogares.
Que una economía tan vigilada como la británica firme un crecimiento decepcionante refuerza la prudencia con la que el mercado afronta las cifras de hoy. La sensación es que el margen de error es cada vez menor: cualquier dato flojo alimenta el temor a un escenario de crecimiento anémico prolongado en el tiempo.
Divisas y sectores bajo presión
En el frente de divisas, el euro se mantenía prácticamente plano frente al dólar en el arranque de la sesión, reflejando la falta de convicción a la espera de los datos. La libra esterlina, en cambio, prolongaba las caídas tras la lectura de PIB, con descensos adicionales frente al billete verde. Para el inversor europeo, este cruce de movimientos implica que, además del comportamiento de las bolsas, hay que seguir de cerca el efecto del tipo de cambio en carteras globales y en compañías con alta exposición internacional.
Por sectores, las caídas se concentraban en los valores cíclicos más sensibles al ciclo económico —como automoción, banca y ocio— mientras algunos perfiles defensivos intentaban amortiguar el golpe. Sin embargo, la sensación dominante en el parquet era la de una “espera tensa”: más que una huida masiva del riesgo, el mercado parece optar por reducir exposición en la apertura y reservar margen para reaccionar una vez se conozcan las cifras de inflación y crecimiento.
¿Corrección técnica o cambio de guion?
La gran incógnita es qué lectura hará de todo ello el Banco Central Europeo. Si los datos de precios confirman una trayectoria a la baja pero el PIB vuelve a mostrar debilidad, el BCE se encontrará de nuevo ante el difícil equilibrio entre mantener la credibilidad en la lucha contra la inflación y no estrangular una economía que avanza con el freno de mano echado.
A falta de esas referencias, el mensaje que deja la apertura es que Europa vuelve a caminar sobre una línea muy fina: la que separa un ajuste sano de expectativas de un nuevo episodio de nerviosismo. El comportamiento de los índices en las próximas horas dirá si la sesión se queda en una corrección técnica o si los datos macro reavivan el temor a que la recuperación europea se esté quedando sin combustible.