Futuros de EE.UU. suben mientras inversores esperan inflación, servicios y manufactura
Los primeros compases de la sesión avanzan con un escenario de cautela optimista: los futuros del S&P 500 y del Nasdaq 100 operan en terreno positivo, mientras los inversionistas preparan el terreno para una semana decisiva. En concreto, los contratos del Nasdaq 100 suben cerca de un 0,4 % y los del S&P 500 alrededor del 0,2 %.
Varias piezas del puzle explican este ánimo. Por un lado, la temporada de resultados está generando impulsos positivos, especialmente en el sector tecnológico. Por ejemplo, el fuerte repunte de Intel Corporation antes de mercado ha favorecido el tono general. Por otro lado, los datos que faltan —como el del Índice de Precios al Consumidor (CPI, EE.UU.) o los permisos de construcción— acentúan la atención, ya que su difusión podría verse impactada por el cierre gubernamental.
En este marco, los mercados parecen apostar por una lectura: que pese a los nubarrones, el panorama de crecimiento mantendrá cierto pulso. Sin embargo, la clave está en el “poder” y el “momento” de los datos entrantes. Si la inflación, por ejemplo, sorprende al alza, podrían saltar las alarmas sobre la política monetaria.
Factores que deben vigilarse:
Inflación y crecimiento: La publicación del IPC en EE.UU. está pospuesta por el cierre del Gobierno, lo que añade tensión al mercado. Estimaciones apuntan a un alza moderada, lo que si se confirma, podría reforzar la opción de recortes de tipos por parte de la Federal Reserve.
Resultados corporativos: Aunque el ambiente es favorable, hay que ver si los resultados mantienen la solidez compartida desde los compases previos.
Riesgo de “vacío” informativo: El retraso o ausencia de datos puede provocar saltos de volatilidad, ya que los operadores tienen menos referencia para evaluar el panorama.
Divisas y renta fija: El euro se mantiene estable frente al dólar, lo que apunta a que los inversores no están apostando aún por movimientos bruscos. Sin embargo, cualquier giro en la política monetaria podría alterar ese equilibrio.
¿Por qué se aprecia este tono de calma activa?
Los mercados parecen acomodar la idea de que aunque el crecimiento no se acelere de forma explosiva, tampoco se derrumbe. En ese escenario, la apuesta es por mantener posición, esperando tanto un entendimiento claro de los datos como de la reacción de la Fed. Al mismo tiempo, la mejora de la actividad manufacturera en ciertas zonas de EE.UU. demuestra que algunos engranajes de la economía siguen funcionando.
Por ahora, el tablero bursátil se mueve en positivo, pero con la vista puesta en lo que está por venir. No basta con tener expectativas: lo crucial será cuántos datos llegan, con qué contenido y cuándo lo hacen. Si el escenario se complica —por ejemplo, una sorpresa al alza en inflación—, el optimismo puede desinflarse rápido. Mientras tanto, los inversores navegan en modo cauteloso pero activo, aprovechando lo que buenamente les ofrece el mercado. En un entorno así, la capacidad de reacción y anticipación será clave para surfear la jornada.