Los mercados entran en modo pánico: Bitcoin se desploma, el petróleo cede y la Reserva Federal siembra más dudas que calma
Análisis profundo sobre la jornada negativa que afectó a los mercados financieros, con caídas generalizadas en activos claves como la inteligencia artificial, petróleo y Bitcoin. La confusión en la FED y la tensión en la política monetaria generan inquietud. Expertos ofrecen perspectivas sobre el corto y largo plazo en este contexto volátil.
El pulso de los mercados financieros ha dado un vuelco esta semana. Prácticamente todos los activos han registrado caídas significativas: desde los grandes nombres de la inteligencia artificial que venían tirando de los índices, hasta el petróleo y las criptomonedas, con Bitcoin a la cabeza. En medio de esta tormenta perfecta, la Reserva Federal se ha convertido en el gran foco de incertidumbre, más por sus mensajes ambiguos que por su capacidad para calmar los nervios.
Bitcoin, de estrella del mercado a cuchillo en caída libre
El caso de Bitcoin es el más llamativo. Daniel Santacreu, analista independiente, lo resume sin anestesia: “Es como tratar de atrapar un cuchillo cayendo”. Tras marcar máximos históricos en octubre, el precio ha perforado soportes que muchos consideraban casi “de hierro”, como la zona de los 100.000 y los 88.500 dólares, acelerando la fase bajista. Según su análisis técnico, el siguiente nivel de apoyo realmente sólido se sitúa en el entorno de los 76.000–77.000 dólares, donde podría intentarse un rebote con algo más de fundamento. Sin embargo, avisa con claridad a quienes quieren “aprovechar la caída”: entrar sin plan y sin gestión del riesgo en este contexto puede salir muy caro. La pregunta que flota es si estamos ante el final de un ciclo alcista o simplemente ante una corrección profunda dentro de un mercado que, estructuralmente, aún no ha dicho su última palabra.
Corrección sana o cambio de ciclo: el debate cripto se intensifica
Jesús Sánchez-Bermejo, presidente de InnoChain Inc., pone este movimiento dentro de un marco de más largo plazo. A su juicio, nos encontramos ante el arranque de un módulo bajista relevante después del gran tramo alcista iniciado en 2022. En su mapa, las zonas de 80.000 y, sobre todo, 78.000–79.000 dólares aparecen como soportes clave para que se produzca un rebote técnico con sentido, apoyado en factores de fondo como la consolidación regulatoria, la integración de estándares como ISO 20022 y la madurez de la infraestructura cripto. Pero también deja claro el escenario contrario: si esos niveles se pierden con fuerza, el siguiente escalón podría situarse ya en zonas próximas a los 65.000 dólares, lo que transformaría una corrección “normal” en una fase bajista de mayor recorrido. De nuevo, la sensación es de terreno resbaladizo: ni euforia ni catastrofismo, pero sí la certeza de que el mercado ha entrado en una etapa en la que ya no vale comprar cualquier cosa a cualquier precio.
El petróleo se enfría… y abre nuevas grietas geopolíticas
La corrección no se limita al universo cripto. El petróleo también se ha dado la vuelta. Alexis Ortega, profesor de Finanzas en EAE Business School, atribuye la caída del crudo a un exceso de oferta que lleva tiempo gestándose y que podría ampliarse si se relajan o revierten las sanciones sobre Rusia. Esta dinámica, explica, puede aliviar a sectores intensivos en combustible, como las aerolíneas, pero tensiona a productores con costes elevados, especialmente en segmentos de fracking que necesitan precios altos para ser rentables. De fondo aparece una cuestión incómoda: hasta qué punto esta caída encaja con la batalla por la hegemonía energética y con la estabilidad económica de países cuya salud fiscal depende en gran medida del barril. Si los precios bajos se consolidan, el mapa de ganadores y perdedores podría cambiar con bastante rapidez.
La Reserva Federal, pieza clave en un mercado en ‘modo miedo’
La otra gran pata de la inestabilidad actual es la política monetaria. La Reserva Federal, que durante meses alimentó la expectativa de recortes de tipos, ahora lanza mensajes mucho más prudentes, cuando no directamente contradictorios según qué miembro del comité hable. En un contexto de endeudamiento elevado y márgenes ajustados, pasar de “seguro que recortan” a “igual no recortan nada” es dinamita para los mercados. El analista Franco Macchiavelli incide en esa idea: la combinación de menor visibilidad en los datos macro, cierta opacidad en el relato de la FED y la sensación de que el margen de maniobra es limitado ha empujado a muchos inversores al modo risk-off. Eso se traduce en ventas tanto en activos tradicionales como en alternativas como Bitcoin, que sufre salidas de dinero y presión vendedora coordinada.
Más allá del ruido: oportunidades para quien sea capaz de esperar
En medio de este panorama sombrío, no todos los mensajes son pesimistas. Ricardo de los Ríos, director de ventas en BNP Paribas Asset Management, recuerda que, pese a la volatilidad, organismos como el FMI y la Comisión Europea han revisado al alza sus previsiones de crecimiento. Desde esa óptica, la clave está en alargar el horizonte temporal: BNP ya mira a 2026 y años posteriores, con especial interés en la renta variable europea —que sigue yendo por detrás de Estados Unidos— y en temáticas de largo recorrido como la tecnología, la inteligencia artificial, la transición energética o la autonomía estratégica de Europa. En renta fija, la casa apuesta por crédito corporativo de calidad (investment grade) y por estrategias diversificadas que permitan capear episodios de volatilidad como el actual sin renunciar del todo a la rentabilidad. El mensaje de fondo es sencillo, pero exigente: el corto plazo está dominado por el miedo, pero quien sea capaz de mantener disciplina y paciencia podría convertir esta fase de correcciones en un punto de entrada razonable. Eso sí, siempre con una gestión del riesgo realista, lejos de la euforia que dominaba los titulares hace apenas unas semanas.