Luca Paolini analiza la estabilidad de Dow Jones y el riesgo oculto en Oracle para 2026
El economista jefe de Pictet Asset Management sostiene que la corrección actual es “un respiro, no un cambio de ciclo”, alerta sobre la deuda de Oracle y advierte de que el verdadero riesgo podría venir de la política estadounidense en 2026.
Las bolsas atraviesan un tramo incómodo: más volatilidad, sustos puntuales en tecnología y un banco central —la Reserva Federal— que sigue en el centro del debate. Pero para Luca Paolini, economista jefe de Pictet Asset Management, nada de eso implica el final del mercado alcista. «El mercado alcista está lejos de terminar», resume, convencido de que la corrección actual sirve más para depurar excesos que para anunciar un giro de ciclo.
La Fed, sobrevalorada como factor de riesgo
En un contexto dominado por la última decisión de la Reserva Federal, Paolini es tajante cuando le preguntan si el movimiento cambia el panorama para 2026: «No».
A su juicio, existe una tendencia a sobredimensionar el impacto de cada comunicado de la Fed sobre la economía real y las bolsas. La votación dividida del último encuentro, que muchos han interpretado como señal de “muchos cambios por venir”, no altera el escenario central de Pictet:
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Uno o dos recortes adicionales de tipos, no una cascada de bajadas.
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Unos bancos centrales que deben evitar convertirse en fuente de inestabilidad, en lugar de amplificar los miedos del mercado.
Para Paolini, mientras la inflación siga moderándose y el crecimiento no entre en terreno claramente recesivo, el marco general de soporte para los activos de riesgo se mantiene intacto, aunque el camino se haya vuelto más irregular.
Tecnología: sólida en conjunto, pero con puntos débiles
El sector tecnológico continúa en el centro del radar inversor. Paolini matiza uno de los grandes temores de los últimos meses: las valoraciones. En su opinión, no hay un problema generalizado de burbuja en la tecnología; muchas compañías siguen respaldadas por beneficios crecientes y balances razonablemente saneados.
Sin embargo, introduce una excepción clara: Oracle.
El economista la define como la empresa “más vulnerable” dentro del bloque de grandes nombres tecnológicos por un motivo concreto: el incremento significativo de su deuda ligado a la expansión en infraestructuras de nube e inteligencia artificial.
En un entorno de tipos aún relativamente altos y tolerancia limitada al riesgo, “no hay margen para decepciones”:
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Cualquier desviación en ingresos o márgenes puede ser castigada con fuerza.
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Las empresas intensivas en capital y apalancadas, como Oracle, tienen menos espacio para errores de ejecución.
La conclusión de Paolini es clara: el mercado alcista puede seguir vivo, pero depende de que el sector tecnológico cumpla sus promesas de beneficios. La narrativa de la IA ya no basta por sí sola; ahora toca demostrar números.
Riesgo político: el segundo año de mandato y el factor demócrata
Más allá de la macro y los resultados empresariales, Paolini llama la atención sobre un elemento que a menudo se subestima: la política estadounidense.
Recuerda que el segundo año de mandato presidencial tiende, históricamente, a ser más complicado para los mercados, no por ningún “maleficio estacional”, sino porque suele concentrar:
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Reformas impopulares.
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Tensiones legislativas.
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Mayor ruido de cara a las siguientes elecciones.
En este ciclo, señala un matiz adicional: el riesgo de que los demócratas mantengan ventaja en las encuestas y se frene una agenda de desregulación y rebajas fiscales que buena parte del mercado da por descontada a medio plazo.
Un escenario en el que Washington se incline por más regulación y menos estímulos fiscales podría restar atractivo a algunos sectores —particularmente financieros y energéticos— y añadir una capa extra de incertidumbre a un mercado que, por fundamentales, sigue mostrando fortaleza.
Un mercado alcista “incómodo”, pero aún vivo
La lectura final de Paolini combina optimismo estructural y prudencia táctica. El economista jefe de Pictet ve:
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Correcciones necesarias tras un tramo prolongado de subidas.
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Un papel de la Fed menos determinante de lo que sugiere el ruido mediático.
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Un sector tecnológico que puede seguir tirando del carro siempre que controle la deuda y cumpla expectativas.
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Un riesgo político real que no debe ignorarse, especialmente en Estados Unidos.
Para el inversor, el mensaje es doble: el mercado alcista no ha terminado, pero exige cada vez más selección y disciplina. La fase de “sube casi todo” ha quedado atrás; la que llega se parecerá más a una carrera de fondo donde el contexto monetario, la calidad de los balances y la política marcarán quién aguanta el ritmo y quién se queda atrás.
