OCDE

Más impuestos: OCDE alerta sobre el impacto del envejecimiento en la presión fiscal global

La OCDE presenta un informe que resalta un crecimiento económico global resiliente, pero advierte sobre las consecuencias fiscales del envejecimiento poblacional y las tensiones comerciales, urgentes desafíos que requieren cooperación y reformas estructurales para un futuro sostenible.

Gráfico institucional de la OCDE junto a indicadores económicos que reflejan tendencias globales y desafíos fiscales.<br>                        <br>                        <br>                        <br>
OCDE junto a indicadores económicos que reflejan tendencias globales y desafíos fiscales.

a economía global avanza, pero sobre terreno delicado. El último informe Economic Outlook de la OCDE dibuja un escenario en el que el crecimiento sigue vivo, aunque rodeado de desafíos estructurales que ningún gobierno puede permitirse ignorar. En el centro de las preocupaciones, una amenaza silenciosa pero imparable: el envejecimiento de la población, llamado a ejercer una presión fiscal sostenida en los próximos años. ¿Qué implica esta alerta para las economías y qué recetas pone sobre la mesa la organización?

Perspectivas de crecimiento con tensiones de fondo

La OCDE proyecta un crecimiento global del PIB en torno al 3,2% en 2025, que se moderaría al 2,9% en 2026 antes de registrar un ligero repunte posterior. Un ritmo razonablemente robusto, impulsado en parte por el avance de la inteligencia artificial y por movimientos de comercio anticipado ante posibles incrementos de aranceles.

Sin embargo, bajo esas cifras laten tensiones que ensombrecen el horizonte: nuevas restricciones comerciales, una escena política internacional impredecible y cuellos de botella en las cadenas de suministro que se resisten a desaparecer. A todo ello se suma el factor más preocupante para la OCDE: un envejecimiento demográfico que incrementa el peso de las pensiones y el gasto social, y que se traducirá en una presión fiscal significativa y duradera.

Inflación, aranceles y debate sobre la política fiscal

En materia de precios, la organización espera una senda de moderación gradual, con la inflación alineándose con los objetivos de los bancos centrales hacia 2027. El guion, no obstante, podría complicarse si se materializan nuevos aranceles, especialmente en Estados Unidos, lo que añadiría tensiones inflacionistas adicionales.

Ante este riesgo, la OCDE insiste en la necesidad de reforzar la cooperación internacional para contener las tensiones comerciales. Una reducción de aranceles no solo contribuiría a expandir el PIB global, sino que ayudaría a frenar dinámicas inflacionarias costosas, evitando trasladar al consumidor final el precio de la fragmentación económica.

Disciplina fiscal y reformas para sostener el futuro

Frente a esta coyuntura, el mensaje del organismo es directo: la disciplina fiscal no es opcional. Los gobiernos deben controlar el gasto y evitar desbordes que comprometan su solvencia a medio plazo. Paralelamente, la OCDE subraya la importancia de reforzar la supervisión del sector financiero no bancario, un ámbito donde los riesgos han crecido de forma notable.

La otra gran palanca pasa por las reformas estructurales orientadas a elevar la productividad. Solo así, señala el informe, será posible sostener el crecimiento a largo plazo en un entorno marcado por cambios demográficos y tecnológicos acelerados. Quedarse de brazos cruzados, advierte, es una receta segura para problemas mayores en el futuro.

Envejecimiento y presión fiscal: un equilibrio delicado

El diagnóstico demográfico es contundente: menos nacimientos y más población en edad avanzada implican un incremento inevitable de la carga fiscal. La combinación de mayores gastos en pensiones, servicios sociales y defensa apunta a un escenario en el que “más impuestos” puede convertirse en la norma, no en la excepción.

La pregunta clave, entonces, es cómo equilibrar la necesidad de financiar este Estado más exigido con la justicia y la sostenibilidad fiscal. Encontrar ese punto de equilibrio será el gran reto de los próximos años para gobiernos de todo el mundo, atrapados entre la obligación de sostener el bienestar y el riesgo de asfixiar el crecimiento.

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