El oro roza los 4.000 dólares por onza antes de la reunión Trump-Xi
El precio del oro subió más de un 1 % este miércoles, situándose en 3.998,37 dólares por onza, impulsado por la expectación que genera la reunión entre Donald Trump y Xi Jinping durante la gira asiática del presidente estadounidense. Los inversores se refugiaron en los metales preciosos ante la incertidumbre comercial y geopolítica, en una jornada donde el mercado vuelve a mirar hacia los activos considerados seguros.
El oro, a un paso de los 4.000 dólares
El oro, considerado tradicionalmente un refugio de valor en tiempos de volatilidad, subió un 1,17 %, alcanzando los 3.998,37 dólares por onza a las 8:28 am CET. El repunte llega justo antes de la cumbre Trump-Xi, en la que se espera que ambos líderes discutan los acuerdos comerciales y la posible reducción de aranceles bilaterales, temas que podrían influir en la estabilidad económica global.
La plata también repuntó con fuerza, ganando un 2,02 % hasta 48,01 dólares por onza, mientras que el paladio avanzó un 0,64 %, hasta 1.396,17 dólares. Solo el platino registró una leve caída del 0,07 %, situándose en 1.597,70 dólares por onza.
Expectación por la cumbre Trump-Xi
Los mercados asiáticos operan bajo una tensión contenida, pendientes del encuentro entre ambos mandatarios, que podría marcar un punto de inflexión en las relaciones económicas entre Estados Unidos y China. La reunión, que se celebrará en el marco de la cumbre del APEC, podría traer acuerdos sobre comercio y tecnología, factores que han influido de forma directa en la volatilidad del oro y otras materias primas.
Los analistas consideran que el repunte de los metales refleja la búsqueda de cobertura ante la incertidumbre política, y no necesariamente un cambio estructural en la demanda. Sin embargo, si el encuentro termina sin acuerdos, los precios del oro podrían superar con facilidad la barrera psicológica de los 4.000 dólares.
Un mercado pendiente de señales
A nivel global, el interés en el oro se mantiene fuerte debido al contexto de baja rentabilidad de los bonos y la expectativa de nuevos recortes de tipos por parte de la Reserva Federal. Los inversores siguen interpretando cualquier gesto diplomático como un posible indicador del rumbo de los mercados en el corto plazo.
