Estados Unidos ajusta su estrategia de ahorro frente a la inflación

El Tesoro eleva al 4,03% la rentabilidad de los bonos I: el refugio de los inversores cautos ante la incertidumbre económica

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha incrementado la rentabilidad de los bonos Series I hasta el 4,03% anual, consolidándolos como uno de los instrumentos de ahorro más atractivos para quienes buscan proteger su dinero frente a la inflación. La medida refleja el intento del Gobierno por mantener el interés de los pequeños y medianos inversores en un contexto de tipos volátiles y expectativas moderadas de crecimiento.

EPA/MICHAEL REYNOLDS
EPA/MICHAEL REYNOLDS

El Tesoro de Estados Unidos anunció este jueves una subida en el rendimiento de los bonos Series I, que a partir del 1 de noviembre ofrecerán una rentabilidad anual del 4,03% hasta el 30 de abril de 2026. El incremento, aunque moderado, confirma la apuesta del organismo por mantener a estos títulos como un pilar de estabilidad para los inversores más conservadores.

Los bonos Series I, respaldados por el Gobierno estadounidense, se caracterizan por combinar una parte fija (0,90%) con otra variable (3,12%) ajustada a la inflación. Este equilibrio convierte a los bonos en una herramienta especialmente valiosa en momentos de incertidumbre económica, cuando los mercados de renta variable enfrentan volatilidad y los bancos centrales buscan calibrar el pulso entre inflación y crecimiento.

El nuevo tipo de interés representa un ligero avance respecto al 3,98% vigente hasta finales de octubre, pero su impacto va más allá del número. En un contexto de rentabilidades reales ajustadas y expectativas de tipos más estables, los I Bonds siguen siendo un termómetro del sentimiento inversor minorista. Según los analistas, el Tesoro busca mantener su atractivo sin disparar los costes de financiación pública, algo clave en una etapa de alto endeudamiento y contención fiscal.

En mayo de 2022, los bonos Series I alcanzaron su máximo histórico con un rendimiento del 9,62%, impulsado por el repunte inflacionario que siguió a la pandemia. Aquel pico desató una auténtica fiebre entre los ahorradores, que vieron en estos títulos una oportunidad única para preservar su poder adquisitivo. Aunque el entorno actual dista de aquella coyuntura, la rentabilidad actual mantiene viva la percepción de que estos bonos son una de las alternativas más seguras del mercado estadounidense.

La decisión llega en un momento clave para la política monetaria norteamericana. La Reserva Federal ha recortado tipos recientemente, pero varios miembros del Comité de Mercado Abierto advierten de que la inflación sigue “demasiado alta” para relajarse del todo. El Tesoro, por tanto, busca un punto de equilibrio que refuerce la confianza del pequeño inversor sin generar tensiones adicionales sobre el dólar ni sobre el coste del crédito.

Los expertos apuntan que esta subida podría tener un efecto psicológico positivo entre los ahorradores, que ven en los I Bonds una forma sencilla de mantener su dinero a salvo sin exponerse a la volatilidad de los mercados. Para muchos hogares estadounidenses, especialmente los de rentas medias, estos activos representan una alternativa más segura frente a los fondos monetarios o los depósitos bancarios tradicionales.

Con este movimiento, el Tesoro estadounidense no solo reafirma su compromiso con la estabilidad financiera, sino que también lanza un mensaje claro: proteger el ahorro sigue siendo una prioridad nacional.

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