Analistas internacionales advierten sobre una respuesta letal de Rusia ante un ataque preventivo de la OTAN
Tres analistas internacionales advierten sobre la grave crisis geopolítica derivada de la confrontación entre Rusia y las potencias occidentales. Desde la amenaza nuclear hasta las decisiones políticas en Europa y Estados Unidos, se expone una radiografía inquietante de la guerra en Ucrania y su impacto global.
La tensión geopolítica entre Rusia y Occidente vuelve a encender las alarmas. En un análisis profundo, varios expertos internacionales desglosan el complejo entramado de intereses y riesgos implícitos en la actual crisis de Ucrania. Desde la amenaza de una “respuesta devastadora” rusa hasta la fractura del equilibrio nuclear tradicional, la situación se dibuja en tonos más oscuros de lo que muchos suponen.
La retórica belicista y sus peligrosChristian Lamesa, analista internacional, no escatima calificativos para describir la escalada verbal proveniente de los círculos occidentales y la OTAN: “una locura en toda regla”. Según Lamesa, la insistencia en la posibilidad de ataques preventivos busca afianzar la hegemonía occidental, pero abre la puerta a consecuencias imprevisibles.
¿Qué podría suceder si esta política se concreta? Lamesa advierte que Rusia respondería con una contundencia y devastación que sobrepasan cualquier doctrina convencional. La disuasión nuclear tradicional ha sido erosionada por la voluntad occidental de lograr una derrota militar de Rusia, algo que desafía las reglas no escritas de la supervivencia estratégica mundial.
La guerra de Ucrania y las dinámicas europeasAdrián Zelaia, presidente de Ekai Group, aporta una perspectiva estratégica clara: la guerra está prácticamente ganada para Rusia. El debilitamiento constante del ejército ucraniano es un hecho técnico, pero, curiosamente, Europa insiste en una postura beligerante—una maniobra que Zelaia interpreta como una auto-engaño colectivo, motivado por la política interna y el temor ideológico a aceptar la victoria rusa.
Para que las negociaciones avancen, según Zelaia, la decisión más crucial es que Estados Unidos detenga su ayuda a Ucrania. Sin el soporte norteamericano, las “bravuconadas” europeas quedarían sin sustento, y la guerra podría enfriarse. ¿Y Trump en todo esto? El análisis es tajante al sugerir que su mandato puede ser el interruptor que detenga esta dinámica sin salida.
Europa y la demencia estratégicaDesde otra óptica, Paco Arnau, analista experto en redes y medios internacionales, denuncia lo que llama “demencia terminal” en el bloque euroatlántico. Señala que los líderes como Macron, Starmer, Mertz y Sánchez han apostado su futuro político y económico a un estado de preconflicto permanente, olvidando el riesgo absoluto implícito en el equilibrio nuclear basado en la destrucción mutua asegurada.
Además, Arnau subraya que Rusia ha actualizado su doctrina nuclear. Ahora, una amenaza convencional seria que ponga en riesgo la supervivencia del Estado podría desencadenar una respuesta nuclear masiva, un paso que aumenta la incertidumbre global. Y como si esto fuera poco, la política de sanciones que Europa defiende ha terminado reforzando la alianza estratégica entre China y Rusia, efecto colateral que nadie esperaba.