Bruselas intensifica la presión

Europa prepara nuevas sanciones contra Rusia, con la banca y el petróleo en el punto de mira

La Comisión Europea estudia presentar esta semana el 19º paquete de sanciones contra Moscú, centrado en el sistema financiero y el comercio energético. El endurecimiento llega tras el mayor ataque ruso sobre Kiev desde 2022 y en coordinación con Estados Unidos para aplicar aranceles secundarios.

ÚLTIMA HORA | A por la banca y el comercio de petróleo de Rusia: Europa plantea ya nuevas sanciones

La Unión Europea vuelve a dar un paso más en la presión económica contra Rusia. Bruselas estudia un nuevo paquete de sanciones, el número 19 desde el inicio de la invasión de Ucrania, que tendrá como ejes centrales la banca y el comercio de petróleo. El movimiento se produce en un contexto de creciente coordinación con Washington, donde se valoran aranceles secundarios para impedir que terceros países sirvan de vía de escape a las medidas restrictivas.

Fuentes comunitarias avanzan que la Comisión podría presentar la propuesta oficial a finales de esta semana. El objetivo es golpear los pilares que aún sostienen la economía rusa y obligar al Kremlin a reconsiderar su estrategia. Sin embargo, la tarea no será sencilla: Moscú ha encontrado en mercados alternativos, como India o China, un salvavidas para su industria energética.

En paralelo, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha vuelto a reclamar un endurecimiento de las sanciones. El mandatario insiste en que Vladímir Putin evita cualquier negociación y que solo con medidas más estrictas, incluidas las secundarias, se podrá forzar un cambio de rumbo. “Las palabras deben ir acompañadas de acciones firmes”, ha remarcado.

El debate se produce tras un episodio que ha marcado un antes y un después en el frente de la guerra: el mayor bombardeo aéreo ruso sobre Kiev desde 2022. Una ofensiva que ha reavivado las dudas sobre el papel de Occidente y que ha influido también en la postura de líderes internacionales, incluido Donald Trump, que presiona para reforzar la respuesta económica.

La cuestión que se plantea ahora en Bruselas es clara: hasta qué punto está dispuesta Europa a tensar la cuerda económica con Rusia. La respuesta determinará no solo el pulso con Moscú, sino también la capacidad de la Unión para mantener la unidad y enviar una señal inequívoca al mundo de que la agresión no quedará sin consecuencias.

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