Ubisoft se dispara más de un 12%: resultados sorpresa y megainversión china reaniman al gigante del videojuego
El rebote llega apenas una semana después del susto al mercado por el retraso inesperado de sus cuentas y abre una nueva fase para el grupo francés, que busca ganar tiempo, reducir deuda y exprimir al máximo el valor de sus franquicias más potentes. La reacción en bolsa refleja, sobre todo, alivio: la compañía no solo despeja las dudas contables, sino que además pone sobre la mesa un acuerdo corporativo de gran tamaño que refuerza su balance.
En el primer semestre de 2025, las reservas netas de Ubisoft alcanzaron los 772,4 millones de euros, un 20,3% más que en el mismo periodo del año anterior. Ese crecimiento en las net bookings confirma que el catálogo sigue vivo y que las sagas históricas aún tienen tirón comercial. Para una empresa que venía de varios años complicados, con retrasos de lanzamientos y resultados por debajo de lo esperado, el mensaje importa tanto como la cifra: el negocio vuelve a traccionar.
La clave está en cómo se genera ese crecimiento. Ubisoft está apoyándose cada vez más en el contenido recurrente dentro de juegos ya lanzados, las expansiones, temporadas y microtransacciones que alargan la vida útil de cada título. Este modelo, que ya es estándar en la industria, permite estabilizar ingresos y suavizar la dependencia de los grandes estrenos puntuales. En un contexto de costes de desarrollo al alza, esa recurrencia es un salvavidas.
El otro gran catalizador de la sesión ha sido la confirmación de la entrada de Tencent en Ubisoft Nova SAS, la estructura sobre la que se articula Vantage Studios. El gigante chino ha aportado 1.160 millones de euros en efectivo, lo que otorga a esta división un valor de empresa previo a la operación de 3.800 millones de euros. A cambio, Tencent se hace con el 26,32% de Vantage Studios, pero sin arrebatar el control: la filial sigue bajo dominio exclusivo de Ubisoft.
Vantage Studios concentrará las grandes joyas del grupo: Assassin’s Creed, Far Cry y Tom Clancy’s Rainbow Six. Reunir estas franquicias bajo un mismo paraguas no es solo una decisión financiera, también estratégica. Facilita priorizar recursos, coordinar desarrollos, trabajar licencias transmedia y, llegado el caso, dar entrada a socios sin comprometer el resto del negocio. Ubisoft monetiza una parte del valor de sus sagas estrella, pero conserva el timón creativo y operativo.
En bolsa, el mensaje se ha traducido en una subida inmediata. A media mañana, los títulos de la compañía francesa avanzaban algo más de un 12%, hasta rondar los 7,9 euros por acción. El repunte llega después de días marcados por la incertidumbre tras el retraso de resultados y el ruido sobre sus compromisos de deuda. La inyección de efectivo de Tencent y el repunte de las reservas netas alivian esa presión y dan a Ubisoft margen para amortizar pasivo y seguir invirtiendo en desarrollo.
Eso no significa que desaparezcan los riesgos. El sector del videojuego vive una fase de consolidación, con grandes grupos recortando plantillas, cerrando estudios y concentrando apuestas en menos títulos, pero más grandes. La competencia del modelo free-to-play, las suscripciones y el peso creciente de los juegos como servicio obligan a acertar con cada decisión. Ubisoft tendrá que demostrar que puede convertir su portfolio en una máquina de ingresos sostenidos, sin quemar a sus equipos ni perder la conexión con la comunidad.
