3I/ATLAS se aproxima al Sol y la NASA prepara una misión histórica para capturar material interestelar
El cometa 3I/ATLAS, descubierto en julio de 2025, alcanzará su punto más cercano al Sol este 29 de octubre, en un evento que mantiene en vilo a la comunidad científica mundial. Este visitante interestelar, apenas el tercero de su tipo detectado en la historia, podría ser analizado por la sonda Europa Clipper, que estaría en posición de interceptar partículas de su cola entre el 30 de octubre y el 6 de noviembre, según un estudio publicado en ArXiv y confirmado por Space.com.
Detectado por el sistema ATLAS en Chile, especializado en rastrear objetos potencialmente peligrosos para la Tierra, el 3I/ATLAS se mueve a una velocidad superior a los 150.000 km/h y no representa peligro alguno para nuestro planeta, pues su trayectoria se mantiene del otro lado del Sol, a unos 203 millones de kilómetros de distancia.
Lo que hace extraordinario este hallazgo es su origen interestelar: como sus predecesores —ʻOumuamua (2017) y 2I/Borisov (2019)—, procede de fuera del sistema solar. Su estudio podría revelar la composición química de otras estrellas y ofrecer claves sobre el origen del agua y de los compuestos orgánicos en el universo, según el astrofísico Samuel Grant, del Instituto Meteorológico de Finlandia.
“Nunca hemos tenido una oportunidad así. Si Europa Clipper logra analizar partículas del 3I/ATLAS, podríamos conocer por primera vez los ingredientes primordiales de otros sistemas estelares”, señaló Grant en declaraciones a Space.com.
La sonda Europa Clipper, lanzada en 2024 para estudiar la luna helada de Júpiter, podría atravesar la estela del cometa y detectar partículas con sus instrumentos de espectrometría, sin necesidad de desviar su curso. Según la NASA, esta coincidencia no fue planificada, pero podría permitir recoger rastros de polvo cósmico interestelar, un evento único en la historia de la exploración espacial.
Sin embargo, un obstáculo inesperado amenaza la operación: el cierre parcial del gobierno de Estados Unidos, que ha obligado a la NASA a suspender la mayoría de sus actividades no críticas. Si la agencia no reanuda sus operaciones a tiempo, la oportunidad podría perderse para siempre.
¿Podrá verse el cometa desde la Tierra?
A pesar de la expectación, no será visible a simple vista. Su brillo o magnitud aparente (13.7) es comparable al de Plutón (13.8), demasiado tenue incluso para telescopios domésticos. Solo observatorios profesionales, como el Hubble y el James Webb, podrán seguir su evolución.
El 3I/ATLAS mide unos 5 kilómetros de diámetro y su coma gaseosa alcanza los 50 kilómetros de extensión. Los análisis preliminares indican que contiene altas concentraciones de agua y polvo interestelar, superiores a las de los cometas del sistema solar, lo que sugiere que procedería de una región rica en hielo más allá de la Nube de Oort.
El paso del cometa 3I/ATLAS no solo representa un espectáculo astronómico, sino también una ventana a los orígenes del universo. Si la NASA logra activar a tiempo la sonda Europa Clipper, podríamos obtener la primera muestra directa de materia interestelar, un hito comparable al alunizaje o a la llegada de las misiones Voyager al espacio interestelar.