Cumbre decisiva en Tianjin: apertura de la 25.ª Cumbre de la OCS entre fricciones y reencuentros

La vigésimoquinta cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái ya está en marcha en la ciudad portuaria de Tianjin. Una cita de alto nivel con líderes como el presidente chino Xi Jinping, el presidente ruso Vladimir Putin y el primer ministro indio Narendra Modi, quienes se reúnen en un contexto cargado de tensiones globales y relaciones complejas con Estados Unidos.

El trasfondo es evidente: China mantiene una creciente rivalidad con Washington, mientras la política energética de India, basada en el incremento de importaciones de petróleo ruso, suscita críticas y sanciones por parte de EE. UU. En este escenario, la cumbre cobra una relevancia estratégica sin precedentes.

Narendra Modi, que aterrizó en Tianjin ayer, protagoniza su primera visita a China en siete años. Esta reanudación del contacto diplomático entre Pekín y Nueva Delhi se produce tras el grave enfrentamiento fronterizo de 2020, que dejó más de 70 víctimas. El hecho no solo simboliza un deshielo histórico, sino también la voluntad de reactivar vínculos a través del comercio, acuerdos territoriales y vuelos directos que allanen el camino hacia una nueva era en sus relaciones bilaterales.

Antes del inicio formal de la cumbre, Vladimir Putin enfatizó que la OCS contribuirá a la construcción de un «orden mundial multipolar más justo». Por su parte, tras reunirse con Xi Jinping, Narendra Modi subrayó el compromiso mutuo de mejorar las relaciones y cooperar frente a las políticas comerciales impuestas por Donald Trump.

Esta cumbre no solo representa un hito diplomático, sino también una plataforma crítica para redefinir equilibrios globales en medio de un entorno marcado por rivalidades comerciales, sanciones energéticas y aspiraciones de redistribución del poder mundial.