Una nueva era nuclear para EE.UU.

EE.UU.: $80.000 M para desplegar nuevos reactores nucleares

El gobierno de los Estados Unidos ha firmado un acuerdo estratégico con Westinghouse Electric Company, junto con sus copropietarios Brookfield Asset Management y Cameco Corporation, para la construcción de al menos 80.000 millones de dólares en nuevos reactores nucleares en el país. Esta iniciativa responde a una agenda ambiciosa para reforzar la soberanía energética, apoyar el crecimiento de la inteligencia artificial y revitalizar la industria nuclear norteamericana.

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EE.UU. y Westinghouse construirán reactores nucleares por valor de 80.000 millones de dólares - UNSPLASH.COM / PAU L WEAVER​​​​​​​​​​​​​​​​​​

El anuncio oficial, realizado por Cameco este martes, confirma que la cooperación con Washington busca acelerar el desarrollo de la energía nuclear civil y garantizar una fuente estable, limpia y sostenible de electricidad para las próximas décadas. Según fuentes cercanas al acuerdo, parte de la inversión se destinará a la construcción de reactores de última generación diseñados por Westinghouse, basados en su modelo AP1000, ya operativo en países como Estados Unidos, China y Polonia. La magnitud del proyecto coloca a la compañía en el centro de la nueva estrategia energética de la Casa Blanca, que persigue fortalecer la independencia energética frente a rivales geopolíticos y reducir la dependencia de combustibles fósiles importados.

El impulso a la nuclear llega en un contexto global de creciente demanda de electricidad, acentuado por el auge de la inteligencia artificial, la digitalización y la expansión de los centros de datos. En este escenario, el gobierno de Joe Biden considera que la energía nuclear puede ser el pilar que garantice estabilidad en el suministro eléctrico y, al mismo tiempo, contribuya a los objetivos climáticos de descarbonización. La Administración ya había incluido incentivos fiscales y subsidios en la Inflation Reduction Act de 2022, pero este acuerdo con Westinghouse supone un paso más: se trata de reactivar una industria estratégica que Estados Unidos dominó durante décadas y que perdió terreno frente a competidores como Francia, Corea del Sur o China.

La operación también tiene un fuerte componente industrial y tecnológico. Brookfield y Cameco aportan respaldo financiero y experiencia en gestión de activos e infraestructura energética, mientras que Westinghouse, con más de 60 años de experiencia en el sector, liderará el desarrollo técnico de los nuevos reactores. Las estimaciones preliminares apuntan a la creación de miles de empleos directos e indirectos y a la revitalización de zonas industriales vinculadas a la cadena de suministro nuclear, desde la fabricación de componentes hasta la gestión de combustible y el mantenimiento.

Desde el punto de vista medioambiental, el acuerdo refuerza la posición de Estados Unidos como referente en energía limpia. Los reactores nucleares, a diferencia de las plantas de carbón o gas, no emiten CO₂ durante su operación, lo que los convierte en un aliado esencial en la lucha contra el cambio climático. Además, la nueva generación de reactores promete una mayor eficiencia, menores residuos y sistemas de seguridad más avanzados. Sin embargo, el reto no está solo en construir, sino en recuperar la confianza de la opinión pública, que todavía asocia lo nuclear a los riesgos de seguridad y al manejo de desechos radiactivos.

A pesar del entusiasmo que ha despertado la noticia, los analistas advierten que el camino será largo. Los proyectos nucleares suelen enfrentarse a desafíos regulatorios y financieros que pueden retrasar su ejecución y elevar los costes. El ejemplo más reciente es el de la planta de Vogtle, en Georgia, cuyo presupuesto se duplicó y que tardó más de una década en completarse. Por eso, el éxito de esta nueva etapa dependerá en gran medida de la coordinación entre el sector público y privado y de la capacidad del gobierno para garantizar estabilidad normativa y transparencia.

Más allá de los desafíos, el mensaje político y económico es claro: Estados Unidos quiere volver a liderar la carrera nuclear mundial. Con una inversión estimada de 80.000 millones de dólares, la alianza con Westinghouse no solo busca asegurar energía para un futuro dominado por la inteligencia artificial y la digitalización, sino también recuperar el peso estratégico de una industria que combina innovación, independencia energética y competitividad global.

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