Europa respira ante la contención de la guerra arancelaria

Irlanda: El acuerdo comercial entre EE. UU. y la UE limita los aranceles farmacéuticos al 15 %

El viceprimer ministro irlandés, Simon Harris, ha confirmado que el acuerdo alcanzado entre Bruselas y Washington reduce la amenaza de aranceles de hasta el 100% sobre los medicamentos patentados. El pacto comercial, sellado tras meses de tensión, fija un techo del 15% para el sector farmacéutico y el automovilístico.

irlanda - EPA / MARK MARLOW​​​​​​​​​​
EPA / MARK MARLOW​​​​​​​​​​

La diplomacia económica entre Estados Unidos y la Unión Europea vivió este verano uno de sus episodios más tensos en décadas. En agosto, la administración estadounidense, bajo la presidencia de Donald Trump, amagó con imponer aranceles del 250% a las exportaciones farmacéuticas europeas, lo que desató preocupación en un sector clave para economías como la irlandesa, la alemana o la belga, profundamente dependientes de este mercado. La escalada se redujo cuando Bruselas y Washington lograron cerrar un acuerdo que fija un límite del 15% para los aranceles sobre medicamentos de marca y vehículos, disipando parte de la incertidumbre en las cadenas de suministro.

El viceprimer ministro de Irlanda, Simon Harris, subrayó en un comunicado oficial que el pacto “deja absolutamente claro” que cualquier impuesto adicional derivado de la investigación de la Sección 232 —el marco legal estadounidense que permite aplicar aranceles por motivos de seguridad nacional— no podrá superar el 15%. Harris reconoció que el anuncio de Trump, que inicialmente fijaba un gravamen del 100% a partir del 1 de octubre de 2025, generó alarma entre las farmacéuticas asentadas en Irlanda, país que se ha consolidado como uno de los mayores exportadores de medicamentos a Estados Unidos.

La medida llega con un paquete de exenciones que aún están siendo evaluadas por los socios comunitarios, pero el mensaje político es claro: Washington y Bruselas han optado por un entendimiento que evita un choque comercial de mayores proporciones. Para la industria farmacéutica europea, el riesgo era mayúsculo. El sector aporta cerca del 2% del PIB comunitario y concentra millones de empleos de alta cualificación. En Irlanda, concretamente, más del 40% de las exportaciones totales corresponden a productos farmacéuticos, lo que coloca al país en una posición especialmente vulnerable a cualquier variación arancelaria.

El acuerdo tiene otra derivada importante: el sector del automóvil. El 15% pactado supone un alivio para fabricantes europeos con fuerte presencia en Estados Unidos, como Volkswagen, BMW o Stellantis, que ya habían advertido de que gravámenes superiores comprometerían inversiones y producción. La Comisión Europea celebró el pacto como un paso hacia la estabilidad en el comercio transatlántico, aunque insistió en que seguirá presionando para que las medidas de seguridad nacional no se utilicen como herramienta proteccionista.

Para la Casa Blanca, el entendimiento representa un triunfo político al presentarlo como una defensa de la industria nacional, pero sin desatar una guerra comercial de consecuencias imprevisibles. Bruselas, por su parte, lo interpreta como una victoria diplomática que evita un impacto devastador sobre sectores estratégicos.

La pregunta que queda abierta es si este límite arancelario será suficiente para frenar nuevas tensiones en el comercio global. Con el calendario electoral estadounidense en el horizonte y una economía internacional marcada por la fragilidad, el acuerdo ofrece un respiro, pero no disipa del todo la amenaza de que las reglas vuelvan a cambiar con la próxima negociación.

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