El oro se dispara: ¿qué hay detrás del avance a 3.680 dólares la onza?
El precio del oro alcanzó un nuevo máximo histórico este lunes, impulsado por la debilidad del dólar y la caída en los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE. UU. A la par, los ojos de los inversores están puestos en la próxima reunión de la Reserva Federal, donde se espera el primer recorte de tasas desde diciembre.
El oro se disparó este lunes hasta los 3.680 dólares la onza, un nuevo récord que confirma la fortaleza del metal precioso como activo refugio en medio de la volatilidad financiera. El impulso vino de la mano de un dólar debilitado frente a otras divisas y de una caída en los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años, dos factores que suelen aumentar el atractivo del oro al reducir el coste de oportunidad de mantenerlo en cartera.
El mercado está ahora pendiente de la reunión de la Reserva Federal, que podría anunciar el primer recorte de tipos de interés desde diciembre pasado. Los analistas esperan una rebaja de 25 puntos básicos como respuesta a un escenario económico que combina una inflación aún persistente con señales de enfriamiento en el mercado laboral estadounidense. Esta combinación ha reforzado las expectativas de que la Fed suavice su política monetaria en los próximos meses, con la posibilidad de nuevos recortes antes de final de año.
El comportamiento del oro también se ha visto favorecido por las tensiones comerciales internacionales. Las conversaciones iniciadas en Madrid entre Estados Unidos y China, aunque interpretadas como una señal de acercamiento, mantienen en vilo a los mercados por la falta de acuerdos concretos. En este contexto, los inversores tienden a refugiarse en activos percibidos como más seguros, lo que ha impulsado no solo al oro, sino también a la plata, que subió hasta los 42,62 dólares la onza.
El metal dorado se encuentra así en el centro de la escena financiera global. Si la Reserva Federal confirma el recorte de tipos, es probable que el oro continúe su escalada en las próximas semanas. No obstante, los analistas advierten de que cualquier mensaje más restrictivo por parte de la Fed o una inflación que no ceda lo suficiente podría provocar correcciones en el corto plazo.
Con todo, el oro reafirma su papel como termómetro de la confianza de los inversores. En un entorno marcado por la debilidad del dólar, la incertidumbre geopolítica y la expectativa de un cambio en la política monetaria estadounidense, el metal precioso se ha convertido en uno de los grandes protagonistas de los mercados internacionales.