Polonia denuncia repetidas incursiones de drones rusos y cierra cuatro aeropuertos, incluido el de Varsovia
La tensión entre Moscú y la OTAN ha dado un salto cualitativo en las últimas horas. El ejército polaco confirmó la violación repetida de su espacio aéreo por drones rusos que cruzaron desde Ucrania tras los ataques nocturnos en la zona occidental del país. Varsovia respondió de inmediato con una operación militar activa, que incluye el despliegue de cazas, la activación de la defensa aérea y el uso de armamento para neutralizar los aparatos no tripulados.
El comunicado oficial del mando de las Fuerzas Armadas polacas advierte de que la operación continúa y ha pedido a los residentes de las regiones más afectadas —Podlaquia, Mazovia y Lublin— que permanezcan en sus hogares. También se ha instado a la población a no acercarse a posibles restos de drones derribados y notificar cualquier hallazgo a la policía.
Como parte de la respuesta, Polonia cerró cuatro aeropuertos, entre ellos el internacional de Chopin en Varsovia, en un movimiento inusual en tiempos de paz pero considerado necesario para garantizar la seguridad del espacio aéreo. El primer ministro, Donald Tusk, aseguró que está en contacto permanente con el ministro de Defensa, Wladyslaw Kosiniak-Kamysz, y con el presidente del país, Carol Nabrki, confirmando que se trata de una operación de gran envergadura.
El ministro de Defensa añadió que las fuerzas de defensa territorial han sido movilizadas para realizar búsquedas terrestres de fragmentos de los drones. “En caso de encontrar restos, los ciudadanos no deben manipularlos y deben informar inmediatamente a las autoridades”, subrayó.
Más allá de la gestión operativa, el incidente abre un escenario de enorme trascendencia. Polonia es miembro de pleno derecho de la Unión Europea y la OTAN, lo que significa que la violación de su espacio aéreo por drones rusos constituye una agresión directa a la Alianza Atlántica. Esto pone sobre la mesa la posibilidad, al menos teórica, de activar el artículo 5 de defensa colectiva, que compromete a todos los aliados a responder a un ataque contra uno de sus miembros.
Con este despliegue, Varsovia envía un mensaje claro: no tolerará que Rusia ponga a prueba la solidez de su defensa ni la capacidad de respuesta de la OTAN. La situación se perfila como un punto de inflexión en la guerra híbrida que Moscú mantiene con sus vecinos y que ahora roza directamente las fronteras de la Alianza.
