Trump intenta calmar los temores por la guerra comercial con China

“No se preocupen por China”: Trump asegura que la economía bilateral “estará bien” pese a los aranceles

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este domingo que la situación económica con China “estará bien” y restó importancia a la reciente expansión de controles de exportación de tierras raras. Trump calificó a Xi Jinping de “respetado presidente” que solo tuvo un “mal momento” y aseguró que Estados Unidos busca ayudar, no perjudicar, a la economía china.

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En un intento de apaciguar la tensión comercial entre Washington y Pekín, Donald Trump publicó un mensaje en su perfil de Truth Social asegurando que la disputa económica “estará bien” y que no representa una amenaza para la estabilidad global. “El muy respetado presidente Xi simplemente tuvo un mal momento”, dijo el mandatario estadounidense, subrayando que ni China ni Estados Unidos buscan una depresión económica en sus respectivos países.

Trump enfatizó que la intención de EE. UU. es ayudar a China y no dañarla, en un tono que combina diplomacia y optimismo económico. La declaración llega después de que Pekín decidiera expandir los controles de exportación de tierras raras, medida que había generado preocupación en los mercados y motivado la cancelación temporal de su reunión con Xi Jinping durante la cumbre del Asia-Pacific Economic Cooperation (APEC) en Corea del Sur.

Aunque Trump había declarado previamente que “parece no haber razón” para encontrarse con Xi en el APEC, el Representante de Comercio de EE. UU., Jamieson Greer, aclaró que la reunión todavía podría realizarse si ambas partes muestran interés en dialogar, dejando la puerta abierta a la negociación.

Analistas señalan que los comentarios de Trump buscan tranquilizar a los mercados financieros y a los sectores industriales estadounidenses que dependen del comercio con China. Al mismo tiempo, el presidente intenta proyectar una imagen de control y optimismo, a pesar de la escalada de aranceles y restricciones de exportación que han tensado las relaciones bilaterales.

La postura de Trump combina mensajes de firmeza frente a Pekín —como la imposición de aranceles y controles sobre software crítico— con intentos de moderación pública, sugiriendo que Washington desea mantener canales de comunicación abiertos para evitar un conflicto económico prolongado.

El mandatario concluyó señalando que la cooperación económica con China sigue siendo un objetivo, recordando que ambos países comparten intereses estratégicos en la estabilidad regional y el comercio internacional. Los expertos creen que este equilibrio entre advertencia y conciliación refleja la complejidad de la guerra comercial más intensa de los últimos años.

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