EE. UU. | Oriente Medio

Rubio endurece la línea de Washington: “No hay Estado palestino” mientras Reino Unido y Francia formalizan el reconocimiento

El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, afirmó en Fox News que “no existe un Estado palestino” y tildó de “irrelevante” el reconocimiento diplomático impulsado en Europa. Sus declaraciones llegan tras el giro de Londres y París —que acaban de reconocer oficialmente a Palestina— y en plena ofensiva israelí en Gaza con 48 rehenes aún en manos de Hamas.

Rubio endurece la línea de Washington: “No hay Estado palestino” mientras Reino Unido y Francia formalizan el reconocimiento
Rubio endurece la línea de Washington: “No hay Estado palestino” mientras Reino Unido y Francia formalizan el reconocimiento

La frase ha resonado en Washington y en las capitales europeas: “No hay Estado palestino”. Marco Rubio, secretario de Estado de Estados Unidos, defendió en una entrevista que el reconocimiento de Palestina por parte de gobiernos aliados “no crea” un Estado y respondió que solo será posible si Israel lo acepta. Además, atribuyó las decisiones europeas a la presión política interna, en alusión explícita a Reino Unido y Francia. Las respuestas encajan en la estrategia que la Administración Trump ha seguido desde el inicio de la guerra: rechazo a cualquier reconocimiento unilateral y prioridad absoluta a la liberación de rehenes y la derrota de Hamas. 

El contexto internacional, sin embargo, se mueve rápido. El Reino Unido anunció de forma oficial que reconoce al Estado palestino “para proteger la viabilidad de la solución de dos Estados”, en coordinación con otros aliados como Canadá y Australia. Es un giro histórico en la política exterior británica que coloca a Londres en la estela de países europeos que ya habían dado el paso en los últimos meses. 

Un día después, Francia confirmó su propio reconocimiento durante una cita de alto nivel en Naciones Unidas, donde el presidente Emmanuel Macron defendió la necesidad de un marco internacional que estabilice Gaza y empodere a una Autoridad Palestina reformada. París propone incluso una fuerza internacional con mandato de la ONU para el “día después”. La decisión francesa acelera la ola de apoyos en Europa occidental y refuerza la presión diplomática sobre Israel. 

Este movimiento no es aislado. Diversos medios y organismos contabilizan ya a más de 150 países que reconocen a Palestina —más del 75% de los miembros de la ONU—, un bloque que se ha ensanchado en septiembre con Bélgica, Luxemburgo, Malta, Andorra y Mónaco, entre otros. Para la narrativa estadounidense, ninguno de esos reconocimientos sustituye a una negociación directa ni resuelve la cuestión central de gobernanza y seguridad. Para sus defensores, en cambio, buscan evitar que la ventana de los dos Estados se cierre definitivamente. 

En este tablero, Rubio ha intensificado su actividad diplomática. El Departamento de Estado ha difundido en las últimas semanas sus entrevistas y ruedas de prensa, en las que repite un mensaje: el objetivo es que “salgan todos los rehenes, los 48, vivos y fallecidos, y que acabe la guerra”. El número de cautivos que quedan en Gaza —y cuántos de ellos siguen con vida— sigue siendo objeto de disputa, pero la cifra de 48 se ha consolidado en los comunicados oficiales de Washington y en medios israelíes. 

Rubio también ha mantenido contactos con Canadá. En su última conversación con la ministra de Asuntos Exteriores, Anita Anand, ambos abordaron el papel del Consejo de Seguridad y las vías para un alto el fuego que permita la liberación de los rehenes, un escalado controlado y el acceso humanitario. Ottawa, que ha endurecido su tono con Israel en las últimas semanas, comparte la preocupación por la situación en Gaza, pero evita términos jurídicos como “genocidio” a la espera de la CIJ. 

Mientras tanto, sobre el terreno, la campaña militar israelí se concentra en Gaza ciudad y su entorno con un coste humano creciente, justo cuando Londres, París y otros socios europeos formalizan el reconocimiento diplomático. Las autoridades israelíes han avisado de posibles represalias políticas ante lo que consideran un “teatro” en la ONU; Tel Aviv mantiene que cualquier solución pasa por la rendición de Hamas y por garantías de seguridad verificables. Esta lectura choca frontalmente con la mayoría de capitales europeas, que ven en el reconocimiento una herramienta para reactivar la vía de dos Estados y forzar reformas en la Autoridad Palestina. 

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