El socialismo francés amenaza con derribar al gobierno de Sébastien Lecornu si no sube impuestos a los multimillonarios
El escenario político en Francia vuelve a tensarse tras la advertencia del Partido Socialista: el presupuesto para 2026 se ha convertido en un campo de batalla en el que los socialistas exigen que el gobierno asuma un mayor esfuerzo fiscal sobre los grandes patrimonios. Faure reclama medidas concretas para que «no se les exija nada a los más ricos mientras los jubilados, los enfermos, los jóvenes y la clase media trabajadora cargan con todo».
El gobierno de Lecornu, que sobrevive con un apoyo frágil en la Asamblea Nacional, ha incluido en su proyecto una tasa sobre holdings patrimoniales con al menos 5 millones de euros de activos. Sin embargo, esta propuesta no satisface al PS, que la considera insuficiente y demasiado simbólica.
Según Faure, el plazo es inminente: «Si en las próximas horas —hasta el lunes— no hay una evolución sensible sobre el proyecto de ley de finanzas (PLF) y el de seguridad social (PLFSS), será el fin del diálogo».
¿Qué pide el PS y por qué amenaza la moción de censura?
Los socialistas han fijado sus condiciones alrededor de tres ejes:
-
Un aumento significativo de la recaudación mediante impuestos más elevados para multimillonarios, acorde con su llamada “taxe Zucman” y otras medidas de justicia fiscal.
-
Que las familias, jóvenes, personas enfermas y jubilados no sean quienes soporten el principal esfuerzo presupuestario.
-
Transparencia y avances reales en el debate parlamentario, sin recurrir a atajos como el artículo 49.3 de la Constitución para aprobar leyes sin voto.
Ante la falta de avances visibles, Faure considera que el gobierno está jugando al “póker de la censura”, señalando que el PS utiliza la amenaza como palanca para forzar cambios.
Riesgos y consecuencias políticas
-
Si el PS vota la moción de censura y logra el respaldo necesario de otros grupos, el gobierno podría caer, lo que abriría la puerta a elecciones anticipadas o a una reorganización del Ejecutivo.
-
El ejecutivo de Lecornu está en una posición débil: sin mayoría estable, depende de apoyos puntuales. Esta tensión presupone un escenario de inestabilidad que inquieta a los mercados y a los observadores políticos.
-
Que el PS llegue hasta el final con su amenaza puede reforzar su perfil ante la izquierda, pero también arriesga su imagen si el proceso conduce a una crisis prolongada o a unas elecciones que beneficien a la extrema derecha.
¿Y ahora qué sigue?
Durante el fin de semana, el debate parlamentario sobre los ingresos del presupuesto 2026 se intensificará. El proyecto de ley será examinado por la Comisión de Finanzas, y los socialistas sostienen que de no producirse «evoluciones sustanciales» actuarán.
En los próximos días, habrá que seguir de cerca:
-
Si el gobierno hace concesiones que permitan al PS retractarse de la moción.
-
Cómo reaccionan otros grupos parlamentarios, que podrían sumarse o abstenerse y ello determinaría la viabilidad de la censura.
-
Cómo se posiciona el Ejecutivo: si endurece su línea o busca un pacto para evitar una crisis mayor.