El supertifón Fung Wong causa estragos y mantiene en vilo al Pacífico
Con vientos superiores a los 150 km/h, el tifón Fung Wong se perfila como una de las tormentas más intensas del año en el Pacífico. Filipinas reporta más de una veintena de víctimas y miles de desplazados, mientras Taiwán y varias provincias chinas refuerzan medidas de emergencia ante su avance.
El tifón Fung Wong, catalogado por los meteorólogos como uno de los más poderosos de la temporada en el Pacífico, ha golpeado con fuerza el sudeste asiático, dejando tras de sí un rastro de destrucción, víctimas y alarma regional. Filipinas ha sido el primer país en sufrir de lleno el impacto de la tormenta, mientras Taiwán se mantiene en alerta máxima y China prepara un despliegue sin precedentes para contener los efectos de su inminente llegada.
Filipinas: destrucción y pérdidas humanas
En Filipinas, el paso del tifón ha dejado más de veinte fallecidos, cientos de heridos y miles de viviendas destruidas o gravemente afectadas. Las autoridades locales informaron que las zonas agrícolas del norte y centro del país han sufrido daños considerables, con cultivos arrasados y pérdidas económicas que podrían superar los 50 millones de dólares.
Las interrupciones masivas en el suministro eléctrico complican las labores de rescate y recuperación, mientras más de 30.000 personas han tenido que abandonar sus hogares. “La magnitud del desastre es aún difícil de dimensionar, pero ya hablamos de uno de los tifones más destructivos de los últimos años”, declaró un portavoz del Consejo Nacional de Gestión de Desastres filipino.
Taiwán refuerza medidas y evacúa zonas costeras
El gobierno taiwanés mantiene alerta máxima ante la proximidad del sistema tropical. Hasta el momento, 8.000 personas han sido evacuadas preventivamente en las provincias del sur y suroeste, especialmente en Kaohsiung y Tainan, donde se prevén lluvias torrenciales y vientos de más de 150 km/h.
Las escuelas, universidades y oficinas públicas permanecen cerradas, y el tráfico aéreo se ha visto afectado con decenas de vuelos cancelados. Los meteorólogos advierten que, aunque Fung Wong ha perdido algo de intensidad, el riesgo de inundaciones y deslizamientos de tierra sigue siendo alto.
El presidente Lai Ching-te ha instado a la población a “mantener la calma y priorizar la seguridad”, recordando que “la prevención salva vidas”. Los equipos de emergencia trabajan para reforzar las defensas costeras y despejar cauces ante el riesgo de desbordamientos.
China se prepara ante la llegada del tifón
El Centro Meteorológico Nacional de China ha emitido alertas de nivel naranja y rojo para las provincias de Fujian, Guangdong, Zhejiang y Hainan, donde se espera que el tifón toque tierra en los próximos días. En Fujian, más de 200.000 personas han sido reubicadas, mientras que el Ministerio de Transporte ha ordenado la suspensión de ferris y vuelos locales en zonas de riesgo.
Las autoridades chinas, que enfrentan cada año fenómenos de este tipo, destacan que la clave será minimizar daños a infraestructuras y evitar víctimas. “La experiencia de años anteriores nos ha enseñado que la preparación temprana marca la diferencia”, declaró Zhang Jianhua, portavoz de la Administración de Gestión de Emergencias.
La incertidumbre y las lecciones del clima
Los expertos advierten que el cambio climático está intensificando la frecuencia y severidad de los tifones en la región del Pacífico occidental. Fung Wong, cuyo nombre significa “fénix” en cantonés, es el cuarto tifón de categoría superior en menos de tres meses, un ritmo inusual que preocupa a la comunidad científica.
Mientras las autoridades intentan mitigar los efectos inmediatos, la población se enfrenta a una dura realidad: reconstruir en medio de la pérdida. En Filipinas, comunidades enteras han quedado aisladas; en Taiwán, la población vive con la tensión de un posible impacto directo; y en China, millones esperan que la tormenta pierda fuerza antes de tocar tierra.
La naturaleza vuelve a recordar su poder y su imprevisibilidad. Como señalan los meteorólogos locales, “Fung Wong no es solo una tormenta: es un aviso de lo que puede venir si el planeta sigue calentándose”.