Zelenski acusa a Rusia de ignorar los llamamientos de Trump y urge a reforzar la diplomacia
Volodímir Zelenski volvió a elevar la presión internacional con un mensaje directo que mezcla advertencia y apertura diplomática. En declaraciones recientes, el presidente ucraniano denunció que Rusia continúa atacando infraestructuras civiles pese a los reiterados llamados de Estados Unidos, y en particular del presidente Donald Trump, para frenar la violencia y explorar soluciones negociadas.
Zelenski subrayó que, desde Kiev, ya se ha dado un paso adelante con la aceptación de la iniciativa de Trump para iniciar conversaciones con Moscú, aunque advirtió que no basta con sentarse a la mesa: “Debemos implementar más activamente todo aquello que nos fortalece”, afirmó.
Requisitos estratégicos de Ucrania
En su mensaje, Zelenski detalló los que considera pilares básicos para avanzar hacia una posición de negociación sólida:
Coproducción y finalización de las garantías de seguridad: Ucrania reclama un compromiso internacional firme que blinde su soberanía y evite nuevos escenarios de vulnerabilidad una vez que se alcance un posible alto el fuego.
Cooperación militar ampliada con Estados Unidos: El mandatario destacó que Kiev ha propuesto a Washington acuerdos a gran escala en materia de drones y compras de armamento, esenciales para resistir los ataques rusos y, al mismo tiempo, presionar a Moscú hacia una salida diplomática.
Con este planteamiento, Zelenski busca equilibrar dos vías: la de la defensa activa en el frente y la de la construcción de un marco de seguridad internacional que haga creíble cualquier negociación futura.
Críticas a Moscú y llamados a la acción
El presidente ucraniano insistió en que Rusia ignora los llamamientos de Trump y de otras potencias occidentales, manteniendo una ofensiva que, según sus datos, incluyó recientemente el lanzamiento de 90 drones contra objetivos de transporte en Ucrania. Los ataques causaron daños significativos en infraestructuras críticas, reforzando la idea de que Moscú aún apuesta por la escalada militar antes que por la diplomacia.
“Se necesitan acciones decisivas para que Rusia finalmente acepte también la diplomacia”, enfatizó Zelenski, en un tono que mezcla reconocimiento al papel mediador de Trump con un recordatorio de que, sin presión real, el Kremlin no tendrá incentivos para negociar.
La posición de Estados Unidos y la OTAN
El giro diplomático promovido por Trump, que plantea abrir una vía de conversaciones entre Kiev y Moscú, llega en un momento en que Washington busca redefinir su rol en el conflicto. La Casa Blanca ha dejado claro que su apoyo se centra actualmente en el intercambio de inteligencia y no tanto en ampliar indefinidamente el suministro de armas.
Este enfoque plantea interrogantes en la OTAN, donde varios países consideran que cualquier relajación de la ayuda militar a Ucrania podría ser interpretada por Rusia como una señal de debilidad. Aun así, Zelenski parece dispuesto a apostar por una combinación de presión militar y apertura negociadora, siempre que se respeten los intereses fundamentales de Kiev.
Un conflicto estancado y con gran coste humano
Las palabras del presidente ucraniano llegan en un contexto de desgaste evidente. El propio Zelenski recordó que la guerra se cobra miles de vidas cada semana y que la relación entre él y Vladímir Putin es “horrible”, una constatación de que las vías de comunicación entre ambos gobiernos siguen prácticamente rotas.
La cifra de 8.000 soldados muertos en solo una semana, mencionada en entrevistas previas por Trump, subraya la urgencia de encontrar un marco para detener la violencia. En paralelo, la economía ucraniana sigue soportando el peso de la guerra, con daños crecientes en transporte, energía e infraestructuras civiles.
La encrucijada diplomática
Con Moscú intensificando los ataques y Occidente dividido entre mantener la presión militar o abrir canales de diálogo, Zelenski busca reposicionar a Ucrania en el tablero internacional. La aceptación de la iniciativa de Trump es un gesto calculado: muestra disposición a negociar, pero también exige que Washington y sus aliados den pasos concretos para garantizar que Rusia no utilice el proceso diplomático como una mera estrategia de desgaste.
El futuro inmediato del conflicto dependerá de si los llamados a la diplomacia logran traducirse en un alto el fuego real o si, por el contrario, la falta de acciones contundentes mantiene el frente bélico abierto durante más meses.
