Louvre

Alerta en el Louvre: fuga de agua daña cientos de obras de arte imprescindibles

El Louvre reabre por primera vez tras el robo - E PA / Y O A N V A L A T​
El Louvre reabre por primera vez tras el robo - E PA / Y O A N V A L A T​

El Louvre vuelve a estar bajo los focos, y no precisamente por sus grandes obras maestras. Una fuga de agua a finales de noviembre ha dañado varios cientos de documentos en el departamento de Antigüedades Egipcias del museo parisino, reavivando el debate sobre su infraestructura apenas semanas después de un espectacular robo de joyas. Según informó Agence France-Presse (AFP), recogido por The Guardian, el incidente pone de nuevo sobre la mesa la urgencia de invertir en la seguridad y el estado de las instalaciones.

300 a 400 obras dañadas, pero sin pérdida patrimonial única

La fuga, detectada el 26 de noviembre, afectó a “entre 300 y 400 obras”, según detalló el subadministrador del museo, Francis Steinbock. No se trata de estatuas, sarcófagos ni piezas arqueológicas, sino de “revistas de egiptología” y “documentación científica” utilizada por investigadores.

Los documentos, fechados entre finales del siglo XIX y principios del XX, son “extremadamente útiles”, pero “en ningún caso únicos”, subrayó Steinbock. De momento, el museo insiste en que “ninguna pieza de patrimonio” ha sufrido daños directos y que, hasta esta fase, no se han registrado pérdidas “irreparables ni definitivas” en estas colecciones de referencia.

Un sistema obsoleto en el centro del problema

El origen del incidente está en la apertura accidental de una válvula del sistema de calefacción y ventilación, que provocó filtraciones de agua a través del techo del ala Mollien, donde se almacenaban los fondos documentales afectados. El propio administrador del museo calificó el sistema de “completamente obsoleto”, señalando que llevaba meses fuera de servicio y que estaba previsto su reemplazo a partir de septiembre de 2026.

El Louvre ha anunciado una investigación interna para esclarecer las circunstancias exactas de la fuga y determinar posibles responsabilidades, en un momento en el que cualquier fallo técnico o humano se examina con lupa.

Robo millonario reciente y debate sobre la seguridad

El incidente llega en un contexto especialmente delicado. En octubre, una banda de cuatro personas asaltó en pleno día el museo más visitado del mundo y se llevó joyas valoradas en unos 102 millones de dólares (unos 76,5 millones de libras) en apenas siete minutos antes de huir. Ese robo en tiempo récord desató ya una oleada de críticas sobre la seguridad y el envejecimiento de las infraestructuras del Louvre.

Ahora, la fuga de agua refuerza la percepción de que el museo se enfrenta a riesgos múltiples —desde la delincuencia organizada hasta incidentes técnicos— que exigen una modernización acelerada y una revisión integral de sus sistemas.

Restauración de los fondos y plan de mejora estructural

Pese al alcance del daño, el Louvre confía en poder recuperar la práctica totalidad del material afectado. Según Steinbock, los documentos serán cuidadosamente secados, enviados a un encuadernador para su restauración y, posteriormente, devueltos a sus estanterías.

Paralelamente, el museo ha comenzado a tomar medidas para reforzar su capacidad de inversión en mejoras estructurales. A finales de noviembre anunció una subida del precio de la entrada para la mayoría de los visitantes de fuera de la Unión Europea —entre ellos estadounidenses, británicos y chinos—, que pasarán a pagar 32 euros (unos 28 libras). Esta subida, del 45%, busca aumentar los ingresos anuales en hasta 23 millones de dólares para financiar proyectos de renovación y actualización.

En 2024, el Louvre recibió 8,7 millones de visitantes, el 69% de ellos procedentes del extranjero, lo que evidencia hasta qué punto su equilibrio financiero y su reputación internacional dependen de una experiencia segura, moderna y bien conservada.

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