Ripple alcanza una valoración de 40.000 millones de dólares y supera a Circle: la apuesta institucional por “poseer las tuberías del dinero”

El ecosistema cripto acaba de recibir un nuevo golpe de autoridad. Ripple ha cerrado una ronda de financiación de 500 millones de dólares que eleva su valoración a 40.000 millones, con el respaldo de gigantes como Citadel y Fortress Investment Group, además de Brevan Howard, Marshall Wace, Pantera Capital y Galaxy Digital. Con esta cifra, la compañía podría haber superado a Circle y Tether en su papel de proveedor institucional de infraestructura financiera global.

La diferencia, según los analistas, es fundamental: “Ripple no solo emite dinero, posee las tuberías que lo mueven”, sintetiza Marc Baumann, coautor del informe y analista senior de Digital Asset Insights.

Un ecosistema institucional completo

En apenas dos años, Ripple ha consolidado una arquitectura institucional de cinco pilares, evolucionando desde su histórico modelo de pagos transfronterizos hacia un ecosistema financiero integral:

• Custodia: adquisición de Metaco por 250 millones de dólares en 2023 y obtención de 75 licencias regulatorias a nivel mundial.

• Pagos y stablecoins: expansión de su red Ripple Payments, que procesó 95.000 millones de dólares en 2025, mientras su stablecoin RLUSD alcanzó una capitalización de 1.000 millones tras su lanzamiento en diciembre de 2024.

• Gestión de tesorería: integración de GTreasury, adquirida en octubre de 2025 por 1.000 millones, ofreciendo acceso directo a flujos de liquidez corporativa.

• Prime Brokerage: operación de Ripple Prime (antes Hidden Road), adquirida en abril de 2025 por 1.250 millones. Gestiona 3 billones de dólares anuales en activos digitales, divisas y renta fija, con 10.000 millones diarios y más de 50 millones de transacciones al día.

• XRP Ledger: su blockchain descentralizada y de código abierto, que sirve como núcleo operativo del ecosistema.

La tesis es clara: poseer toda la infraestructura que mueve el dinero institucional, no solo el dinero en sí.

El creciente entusiasmo institucional por XRP no surge de la nada: los avances estructurales de Ripple han consolidado su reputación como una de las compañías más sólidas en el entorno financiero digital. La inclusión de cinco ETF en la base de datos de la DTCC demuestra que el mercado ya percibe a XRP no solo como una criptomoneda, sino como un activo con soporte empresarial y liquidez real. Esta oleada de confianza se alinea con la expansión de Ripple en el terreno institucional, tras integrar custodia, pagos, gestión de tesorería y prime brokerage en un único ecosistema.

A medida que Ripple cierra rondas millonarias e impulsa productos como RLUSD —su stablecoin regulada—, el lanzamiento de los ETF refuerza la tesis de que el token se está convirtiendo en una pieza clave del nuevo sistema financiero tokenizado. Tal como señalan analistas, la combinación de una infraestructura integrada con una demanda institucional creciente podría catapultar a XRP hacia su mayor fase alcista desde 2018, consolidando a Ripple como el nexo operativo entre el dinero tradicional y el digital.

El catalizador: la tokenización de activos reales

Ripple se posiciona como un actor central en el mercado emergente de tokenización de activos reales (RWA), estimado en 19 billones de dólares. Su infraestructura unificada —que integra pagos, custodia, tesorería y stablecoins— permite conectar el flujo de capital entre fondos de cobertura, bancos y grandes corporaciones, ofreciendo liquidez inmediata en activos digitales y tradicionales.

En este marco, Ripple Prime se ha convertido en el núcleo operativo que permite usar RLUSD y activos tokenizados como colateral funcional para la gestión institucional de capital.

XRP, el puente silencioso del dinero global

A nivel operativo, el token XRP sigue actuando como moneda puente en los sistemas de liquidez bajo demanda (On-Demand Liquidity, ODL), facilitando pagos internacionales sin cuentas prefinanciadas. Los volúmenes de ODL han crecido un 41% trimestral, alcanzando 2.700 millones de dólares mensuales.

Fuera de EE. UU., XRP mantiene su liderazgo en liquidez; dentro del país, Ripple había dependido de USDT por la incertidumbre regulatoria, pero esa situación está cambiando.

El impulso institucional también se refleja en los ETFs de XRP lanzados por BlackRock, Fidelity y VanEck, que ya acumulan 1.900 millones de dólares en activos. Además, varias compañías —incluida Evernorth— han incorporado XRP en sus tesorerías corporativas, sumando 2.000 millones en compromisos.

Ripple también ha iniciado pilotos de liquidación con stablecoins junto a Mastercard, WebBank y Gemini, utilizando RLUSD sobre el XRP Ledger.

Una valoración que “no tiene sentido… hasta que la tiene”

A primera vista, la cifra de 40.000 millones parece desproporcionada. Circle, emisora de USDC, cuenta con una stablecoin 75 veces mayor que RLUSD (73.000 millones frente a 1.000 millones) y una valoración de 23.700 millones. Pero los analistas apuntan a una diferencia crucial: los inversores no están comprando tokens, están comprando infraestructura.

Como señala Sangam Bharti, coautor del informe: “Los fondos no buscan exposición a una moneda, sino al único ecosistema que une tesorería corporativa, brokeraje institucional y liquidación de stablecoins en un flujo único. Ripple posee el stack completo que mueve el dinero institucional”.

En un entorno donde la tokenización y la liquidez digital se vuelven el nuevo estándar, Ripple podría estar dejando atrás a sus rivales más visibles para consolidarse como el proveedor estructural del sistema financiero descentralizado.