Dow Jones

El Dow Jones se tambalea: las bolsas caen ante el temor económico y la burbuja tecnológica

El Dow Jones es un índice bursátil que refleja la salud económica de grandes empresas. La caída en las bolsas por el temor económico y la burbuja tecnológica impacta inversiones. Descubre sus causas y consecuencias.
FR WALL STREET
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El optimismo que había dominado las últimas semanas en Wall Street se ha desvanecido. Los principales índices bursátiles de Estados Unidos cerraron en rojo este jueves, arrastrados por la incertidumbre económica, la falta de datos oficiales y la creciente preocupación por las valoraciones infladas de las grandes tecnológicas. El S&P 500 cayó un 1,12%, el Dow Jones un 0,84% y el Nasdaq se desplomó un 1,9%, confirmando que el impulso de la inteligencia artificial empieza a mostrar signos de agotamiento.

El retroceso marca la segunda caída semanal consecutiva del S&P 500 tras tres semanas de avances. La duda vuelve a instalarse en los parqués: ¿es sostenible el repunte de las acciones ligadas a la IA o estamos ante una corrección inminente? Los analistas coinciden en que la euforia por la inteligencia artificial ha elevado las valoraciones a niveles difíciles de justificar con los fundamentos actuales.

El contexto tampoco ayuda. El cierre parcial del Gobierno estadounidense, que mantiene paralizada la publicación de datos macroeconómicos clave, ha dejado a los inversores navegando a ciegas. En su lugar, recurren a fuentes alternativas, como la consultora Challenger, Gray & Christmas, que informó de 153.000 despidos en octubre, un incremento del 175% respecto al año anterior, especialmente en el sector tecnológico. Por su parte, Revelio Labs confirmó la pérdida de 9.100 empleos netos y una reducción significativa en las nóminas del sector público.

El panorama laboral, que debería ofrecer alivio a la Reserva Federal, ha generado el efecto contrario: más dudas. Varios miembros del banco central, incluido su presidente Jerome Powell, han sugerido que no continuarán los recortes de tipos en la próxima reunión de diciembre, generando preocupación entre los inversores. La falta de claridad sobre el rumbo monetario añade más presión a unos mercados ya castigados.

En este contexto, las megacorporaciones tecnológicas —que habían impulsado los récords históricos de los últimos meses— se convirtieron en las grandes perdedoras del día. Nvidia (-3,65%), Microsoft (-1,98%) y Amazon (-2,86%) lastraron al S&P 500, reflejando el miedo a que sus cotizaciones hayan alcanzado un punto de sobrevaloración. El sector de consumo discrecional fue el más débil, mientras que la energía resistió mejor el golpe.

En paralelo, el oro se mantuvo estable, el dólar y el crudo retrocedieron, y el bitcoin perdió cerca de un 3%, mostrando que el nerviosismo se extiende a todos los activos de riesgo. La rentabilidad del bono del Tesoro estadounidense a 10 años bajó hasta el 4,09%, señal de un retorno a la búsqueda de refugio.

Pero no todo fueron caídas. En medio del vendaval, Lucid Motors, fabricante de vehículos eléctricos, logró cerrar con un aumento del 4,2% pese a presentar resultados decepcionantes. La compañía reportó una pérdida de 3,31 dólares por acción en el tercer trimestre, frente a los 2,32 previstos, con ventas de 336,6 millones de dólares, por debajo de las expectativas. Aun así, el mercado interpretó los datos con optimismo moderado, destacando la mejora en los márgenes brutos, que pasaron de -385% a -280% en un año, y el aumento en las ventas de vehículos —4.078 unidades en el trimestre—.

Negocios. Lucid
Negocios. Lucid

Rivian, otro fabricante de vehículos eléctricos, también ayudó a mejorar el ánimo del sector tras anunciar márgenes positivos, impulsando un 23% su cotización el martes. Sin embargo, las dudas persisten: Lucid espera producir 18.000 coches en 2025, aunque los analistas solo proyectan 16.000 ventas. Con una liquidez de 5.500 millones de dólares, la compañía podría resistir hasta 2027, pero su futuro sigue en entredicho en un entorno regulatorio cambiante tras la eliminación del crédito fiscal federal de 7.500 dólares para los compradores de vehículos eléctricos.

En conjunto, el jueves fue una jornada que recordó a Wall Street lo efímero del entusiasmo. Las valoraciones extremas, la falta de datos y la política monetaria incierta golpearon con fuerza a los mercados, que parecen haber perdido el rumbo tras meses de euforia.

Los inversores miran ahora al Dow Jones como termómetro de estabilidad, aunque su caída del 0,84% confirma que ni siquiera los sectores tradicionales son inmunes a la tormenta. Entre la desconfianza económica y la burbuja tecnológica, el mensaje es claro: la era del crecimiento fácil parece haber terminado.

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