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El rebote tecnológico se enfría: el Dow Jones se estanca mientras SoftBank vende sus acciones de Nvidia y resurge el miedo a una corrección en Wall Street

El rebote tecnológico se enfría y el Dow Jones se estanca mientras SoftBank vende sus acciones de Nvidia y vuelve el miedo a una corrección en Wall Street

In this photo illustration, the Nvidia Corporation logo is displayed on a smartphone screen, with a graphic representation of the stock market in the background.
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El frágil repunte tecnológico que impulsó al Dow Jones y al Nasdaq en la sesión del lunes parece haber perdido fuelle este martes. Tras el entusiasmo generado por el posible fin del cierre del gobierno de Estados Unidos —el más largo de su historia—, los futuros de Wall Street amanecieron sin dirección clara, afectados por la venta de SoftBank de su participación en Nvidia y los temores a una sobrevaloración generalizada en el sector de la inteligencia artificial.

El índice Dow Jones Industrial Average avanzó apenas un 0,01% en las operaciones previas a la apertura, mientras el S&P 500 retrocedía 0,21% y el Nasdaq 100 caía 0,39%, según los datos de Refinitiv. La pausa se produce después de que el lunes la bolsa viviera un fuerte rebote: el S&P 500 subió un 1,54% y el Nasdaq un 2,27%, su mayor ganancia diaria desde mayo, liderados por los gigantes tecnológicos Nvidia (+6%), Palantir (+9%) y Tesla (+4%).

Un respiro antes del vértigo: el rally se apaga

El optimismo del lunes tuvo su origen en la aprobación, por parte del Senado estadounidense, de un proyecto de ley que garantiza la financiación del gobierno hasta enero de 2026, evitando el colapso administrativo que amenazaba con prolongarse indefinidamente. La expectativa de reapertura devolvió temporalmente la confianza a los inversores, que aprovecharon para comprar en la caída (“buy the dip”), una estrategia recurrente en el actual ciclo bursátil.

Sin embargo, este martes la narrativa cambió. Los analistas advierten que los movimientos del mercado reflejan una toma de beneficios más que un cambio estructural. El “rally de la IA” que sostuvo los índices durante gran parte de 2025 parece ahora enfrentarse a su propia saturación. “Las valoraciones están en niveles muy estirados y el mercado empieza a cuestionarse si el crecimiento proyectado en el sector tecnológico puede mantenerse al ritmo de las expectativas”, advirtió Tom Nelson, jefe de estrategia de Franklin Templeton Investment Solutions.

SoftBank desinfla el ánimo tras vender su paquete en Nvidia

Uno de los principales factores que frenaron el entusiasmo fue la noticia de que SoftBank Group, el conglomerado japonés liderado por Masayoshi Son, vendió el resto de sus acciones en Nvidia por 5.830 millones de dólares. La compañía, que recientemente duplicó sus beneficios trimestrales gracias a la revalorización de sus participaciones en OpenAI, decidió deshacerse de su inversión en el fabricante de chips justo antes de la próxima publicación de resultados.

El anuncio tuvo un efecto inmediato: las acciones de Nvidia cayeron un 1,5% en el premarket, mientras que CoreWeave, firma de computación en la nube respaldada por Nvidia, se desplomó más de un 9% tras recortar su previsión anual de ingresos. Pese al repunte de ayer, Nvidia sigue un 15% por debajo de sus máximos de octubre, y el Nasdaq acumula una pérdida del 6% en las dos últimas semanas.

La presión se amplificó cuando datos del Ministerio de Finanzas japonés revelaron que los inversores domésticos vendieron 1,84 billones de yenes (12.200 millones de dólares) en acciones extranjeras durante octubre, la mayor liquidación mensual desde junio, con el objetivo de asegurar ganancias tras el rally impulsado por la inteligencia artificial.

La fragilidad del “momentum”

La sesión del lunes había servido como válvula de escape para semanas de pesimismo. Los inversores celebraron no solo la inminente reapertura del gobierno, sino también la posibilidad de que los datos económicos retrasados —como el informe de empleo y los indicadores de inflación— vuelvan a publicarse y ofrezcan una lectura más clara del estado real de la economía estadounidense.

“Suponiendo que el gobierno finalmente reabra esta semana, los factores estacionales y el crecimiento resiliente podrían volver a dominar las preocupaciones del mercado”, afirmó Nelson. Pero el efecto del optimismo duró poco. Este martes, la realidad macroeconómica volvió a imponerse: la falta de liquidez, el cierre de los mercados de bonos por el Día de los Veteranos y la debilidad en el sector tecnológico devolvieron la cautela a los inversores.

Europa y Asia: señales mixtas

Mientras tanto, Asia y Europa enviaron señales dispares. En Japón, el Nikkei operó plano tras conocerse los resultados de SoftBank, mientras el yen se debilitaba hasta mínimos de seis meses frente al dólar, luego de que la nueva primera ministra, Sanae Takaichi, defendiera una política monetaria más laxa y ampliara el gasto público.

En Reino Unido, los bonos del gobierno británico (gilts) y la libra esterlina cayeron bruscamente después de que los datos oficiales mostraran un aumento del desempleo al nivel más alto en cuatro años y una desaceleración del crecimiento salarial, reforzando las apuestas de que el Banco de Inglaterra reducirá nuevamente los tipos de interés el próximo mes.

Por otro lado, en Suiza, las bolsas y el franco suizo se dispararon tras conocerse que el presidente estadounidense Donald Trump trabaja en un acuerdo bilateral para reducir los aranceles sobre las exportaciones suizas del 39% al 15%, un movimiento que impulsó las acciones de los fabricantes de relojes entre un 2% y un 4%.

El dólar se fortalece y el petróleo se estanca

Con los mercados de bonos cerrados en Estados Unidos, el dólar se mantuvo firme frente a las principales divisas, consolidando su posición ante el yen y el euro. En tanto, el precio del petróleo se movió en una franja estrecha, atrapado entre la estabilidad de la producción estadounidense y la falta de señales claras de demanda. Según el analista energético Ron Bousso, esta situación crea un “tierra de nadie” para los productores, aunque resulta cómoda para la administración Trump, que prefiere precios moderados antes de un año electoral.

Entre la euforia y la prudencia

A pesar de los sobresaltos, el sentimiento general del mercado no es completamente negativo. Los inversores siguen confiando en que el cierre del gobierno llegue a su fin esta semana, lo que aliviaría las presiones sobre el gasto público y la confianza del consumidor. De hecho, las plataformas de predicción como Polymarket ya otorgan un 88% de probabilidad de reapertura inminente.

Sin embargo, los estrategas advierten que la combinación de tasas elevadas, beneficios concentrados en un puñado de tecnológicas y valoraciones históricamente altas podría hacer que cualquier corrección se amplifique. “El rebote del lunes fue técnico, no estructural”, señaló un informe de Baird Investments. “El mercado está nervioso y los flujos institucionales siguen mostrando rotación hacia sectores defensivos como salud y consumo básico”.

Lo que sigue

Los operadores esperan con cautela los resultados de Nvidia, que se publicarán la próxima semana y podrían marcar el tono del cierre del año bursátil. Un desempeño por debajo de las expectativas podría desatar una venta masiva en el sector de la IA, mientras que cifras sólidas reavivarían el apetito por el riesgo.

Mientras tanto, la Reserva Federal se encuentra en un punto de inflexión. Algunos de sus miembros centristas han adoptado un tono más halcón, argumentando que el actual nivel de tipos de interés debe mantenerse más tiempo para garantizar que la inflación vuelva de forma sostenible al 2%.

En este contexto, el Dow Jones y el resto de los grandes índices estadounidenses se mueven en una cuerda floja: atrapados entre la esperanza de un “aterrizaje suave” de la economía y el temor de que el ciclo de euforia tecnológica haya llegado a su punto de saturación.

La próxima gran prueba llegará con los datos de inflación y los balances de los gigantes tecnológicos. Hasta entonces, los inversores miran de reojo el gráfico del Nasdaq, donde el último rebote parece más un suspiro que el inicio de un nuevo rally.

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