El fin del shutdown en EE.UU.: tensiones políticas y el ascenso de China en la geoeconomía global
El Senado de EE.UU. logra reabrir la administración federal tras semanas de shutdown, mientras crecen las tensiones políticas internas. Al tiempo, China despliega una estrategia para controlar tierras raras clave y limitar el acceso de EE.UU., en un contexto de incertidumbre económica global y mercados volátiles. Un análisis profundo sobre las implicancias geoeconómicas de estos acontecimientos.
Tras semanas de impasse, Estados Unidos ha logrado sortear una nueva crisis institucional con la reapertura de su administración federal. Sin embargo, el acuerdo no llega en un momento de calma, sino en medio de un panorama internacional convulso protagonizado por la lenta desaceleración económica global y las maniobras estratégicas de China para consolidar su posición como superpotencia económica y tecnológica.
El cierre y reapertura del gobierno federal: un terreno fértil para la confrontación políticaDespués de un prolongado cierre que afectó a miles de empleados públicos, el Senado alcanzó un consenso que permitió reactivar la administración. La votación fue clara: 60 senadores a favor y 40 en contra, con una mayoría republicana y el respaldo de algunos demócratas.
Sin embargo, el ambiente político sigue caldeado. Donald Trump, lejos de facilitar la transición hacia la normalidad, insistió en castigar a quienes no se presentaron al trabajo durante el shutdown, con descuentos en sus sueldos. Por otro lado, prometió un plus de 10 mil dólares para trabajadores clave que continuaron operando.
Choques de poder y acusaciones en plena tormentaQuizá lo más grave sea la escalada retórica que involucra a la Corte Suprema. Trump hizo público que considera que los jueces actúan bajo un sesgo político y que la información que reciben es errónea. Esto plantea un escenario donde la división no solo está en el Congreso sino también en otras instituciones vitales para la democracia estadounidense.
Mercados internacionales al borde de la incertidumbreLos indicadores económicos parecen reflejar esa desconfianza y volatilidad. El crecimiento se enlentece notablemente: China y Japón muestran caídas preocupantes, mientras en Wall Street el S&P 500 retrocede y el Dow Jones sólo logra una estabilidad precaria.
En contraste, los metales preciosos brillan en un contexto de incertidumbre: el oro sigue en alza y la plata acaba de sobrepasar la barrera de los 50 dólares por onza, consolidándose como el refugio preferido de los inversores más cautelosos.
Influencias globales en la confianza inversora¿Qué está generando tanta inquietud? No solo es la política interna estadounidense. La Reserva Federal parece ceder terreno ante el Banco Central de China, que vuelve a acercarse a la cima mundial en términos de poder su económico. Esta dinámica redefine reglas que parecían inamovibles, con consecuencias palpables en las decisiones financieras alrededor del globo.
China y su ardid geoeconómico: control de tierras raras y limitaciones a EE.UU.Pekín no ha perdido ni un segundo y avanza con una estrategia para dominar sectores claves a nivel industrial y tecnológico. Un sistema de validación, recién diseñado, impone filtros rigurosos para determinar quiénes pueden adquirir tierras raras, elementos esenciales para diversos sectores, desde la tecnología más puntera hasta la industria militar.
Las empresas civiles, sobre todo aquellas vinculadas a la fabricación de vehículos eléctricos, gozarán de un acceso relativamente sencillo. Pero las compañías con vínculos al ejército estadounidense quedarán prácticamente excluidas, en una respuesta clara al proteccionismo que Washington ha ejercido durante años.
La nueva geopolítica de recursos estratégicosCon un dominio que abarca entre el 60 y 90% de la producción mundial de estos materiales, China impone una agenda que se asemeja a la que EE.UU. aplicó en el pasado. ¿Estamos, entonces, ante la constatación de una derrota estratégica norteamericana? Muchos expertos creen que décadas de errores y falta de visión han permitido que Pekín tome la delantera en sectores que definían la fuerza tecnológica y militar estadounidense.