Dow Jones

Wall Street cierra mixto: el Dow Jones cae 200 puntos mientras el Nasdaq rompe su racha bajista

La tecnología lidera el rebote tras tres días de fuertes caídas, pero las dudas sobre tipos, deuda y valoraciones de la IA mantienen la volatilidad al cierre de año.
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Los inversores respiraron algo más tranquilos este viernes tras varias sesiones especialmente duras para la renta variable estadounidense. El Dow Jones terminó el día con una caída de 201 puntos (un 0,4%), mientras que el Nasdaq Composite repuntó un 0,7%, poniendo fin a una racha de tres días consecutivos de fuertes pérdidas. El S&P 500 avanzó un 0,3%, apoyado en el rebote de las grandes tecnológicas, pero en un contexto de fondo marcado por las dudas sobre las valoraciones ligadas a la inteligencia artificial, el aumento de la financiación vía deuda y la incertidumbre sobre el próximo movimiento de la Reserva Federal.

Pese a la volatilidad reciente, los tres grandes índices neoyorquinos se mantienen en positivo en el acumulado semanal: el Nasdaq gana un 0,1%, el S&P 500 un 0,5% y el Dow Jones un 0,6%, lo que refleja que, por ahora, las correcciones siguen encajando dentro de un proceso de ajuste más que de un cambio de tendencia confirmado.

Trading VIew 2025-11-14 at 22.35.45
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Rebote tecnológico tras el castigo

El repunte del viernes tuvo un protagonista claro: el sector tecnológico. Tras el castigo de la jornada anterior, valores como Nvidia, AMD, Palantir y Tesla registraron rebotes significativos, ayudando a sostener al Nasdaq y tirando del conjunto del mercado. El Technology Select Sector SPDR Fund (XLK), uno de los principales ETF sectoriales de referencia, subió cerca de un 1%, recuperando parte de la caída del 2% sufrida el jueves.

Este giro a corto plazo se produce después de un jueves especialmente negativo, en el que el Dow Jones llegó a retroceder alrededor de 800 puntos, justo después de haber tocado brevemente un máximo histórico, y el Nasdaq se dejó más de un 2%, poniendo en peligro una racha ganadora de siete semanas. El rebote posterior sugiere que aún existe apetito comprador en las caídas, aunque más selectivo y con mayor sensibilidad a las noticias corporativas y macroeconómicas.

Entre el ‘risk-on’ y el ‘risk-off’ de cara a 2026

La recta final del año está siendo un ejercicio de equilibrio inestable para muchos gestores. Según las lecturas de mercado, los inversores se mueven en una franja intermedia entre estrategias de “risk-on” (asumir más riesgo en busca de rentabilidad) y “risk-off” (protección del capital), a medida que se reposicionan de cara al cierre de ejercicio y al arranque de 2026.

Las preocupaciones giran en torno a varios ejes:

  • La elevada valoración de las compañías tecnológicas vinculadas a la IA, que han liderado buena parte de las subidas de los últimos trimestres.

  • El incremento de la financiación vía deuda, en un entorno de tipos todavía altos.

  • Los planes masivos de gasto en capital (capex) de algunas grandes compañías, que tras episodios como las pérdidas registradas por Oracle han despertado recelos entre los traders más prudentes.

El resultado es un mercado en el que conviven episodios de fuerte corrección con rebotes rápidos, sin que ninguna de las dos direcciones termine de imponerse de forma clara.

La Fed y el recorte de tipos que ya no está tan asegurado

A este ruido se suma la incertidumbre sobre la política monetaria de la Reserva Federal. Las expectativas de un recorte de tipos en diciembre se han enfriado: los traders sitúan ahora la probabilidad de una bajada de 25 puntos básicos en torno al 51%, por debajo de las previsiones de semanas anteriores.

El reciente cierre del Gobierno estadounidense más largo de la historia, aunque ya concluido, ha añadido una complicación adicional: algunos datos económicos podrían no publicarse o llegar con retraso, dejando a los mercados con menos referencias macro de las habituales. La Fed, en la práctica, se enfrenta al reto de calibrar su próximo movimiento con información incompleta, algo que los inversores perciben como un factor adicional de riesgo.

En este contexto, cualquier declaración de miembros del banco central, así como la publicación de datos clave de empleo, inflación o actividad, se convierte en un potencial detonante de nuevos episodios de volatilidad.

Comportamiento sectorial: tecnología y energía tiran del S&P 500

Dentro del S&P 500, el comportamiento por sectores dibujó un mercado de velocidades múltiples. Las mejores evoluciones correspondieron a:

  • Tecnología de la información: +1,3%, apoyada en el rebote de los grandes nombres del sector.

  • Energía: +1,1%, impulsada por el repunte del crudo tras las noticias en Oriente Medio y el Mar Negro.

En el lado contrario, los sectores de servicios de comunicación, materiales, salud, finanzas y consumo básico quedaron rezagados, mostrando caídas o ganancias muy limitadas. Esta dispersión refleja que el mercado continúa muy rotacional, con los inversores alternando exposición entre sectores defensivos y cíclicos en función del flujo de noticias.

Tensión geopolítica y petróleo al alza

El frente geopolítico también aportó su dosis de incertidumbre. Irán se apoderó de un petrolero en el Estrecho de Ormuz, uno de los principales puntos de estrangulamiento del comercio mundial de crudo. Al mismo tiempo, se registraron interrupciones en las exportaciones de petróleo ruso desde el Mar Negro, lo que añadió presión a los precios.

El resultado fue un fuerte movimiento al alza en el mercado energético: el crudo estadounidense se disparó casi un 3%, superando los 60 dólares por barril. Este repunte beneficia a las compañías del sector petrolero, pero también reaviva los temores a una inflación más persistente, en un momento en que los bancos centrales intentan consolidar la bajada de precios sin dañar en exceso el crecimiento.

Un cierre de año entre optimismo y cautela

En conjunto, la sesión del viernes resume bien el momento actual de los mercados: un equilibrio inestable entre la voluntad de seguir participando en un rally que, en términos de índices, aún se mantiene, y la conciencia de que el entorno está plagado de riesgos cruzados.

Por un lado, la renta variable llega al final del año con:

  • Índices aún en máximos o muy cerca de ellos.

  • Beneficios empresariales relativamente sólidos en muchos sectores.

  • Y un relato de crecimiento ligado a la IA que, pese a las dudas, sigue atrayendo capital.

Por otro, pesan:

  • Las dudas sobre la sostenibilidad de las valoraciones.

  • La incertidumbre monetaria.

  • La tensión geopolítica y el repunte del petróleo.

  • Y un flujo de datos económicos menos claro por el impacto del cierre gubernamental.

Entre estos polos, los mercados navegan hacia el cierre del ejercicio con una mezcla de optimismo, cautela y sensibilidad extrema a los titulares, donde un día de caída de 800 puntos en el Dow puede ir seguido de un rebote parcial liderado por la tecnología… sin que, por ahora, ninguna de las dos narrativas —la del miedo o la de la confianza— logre imponer su ley de forma definitiva.

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