El presidente de Estados Unidos advierte sobre el poder de mercado del gigante del streaming tras su oferta por WBD

Trump pone en duda la compra de Warner Bros. Discovery por parte de Netflix

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha señalado que la oferta de Netflix para adquirir Warner Bros. Discoverypodría ser un problema” desde el punto de vista de la competencia, al considerar que la operación dispararía la cuota de mercado del gigante del streaming. Aunque Trump aseguró tener “mucho respeto” por el co-CEO de Netflix, Ted Sarandos, también dejó claro que el eventual visto bueno a la transacción no será solo una cuestión técnica: “Será algo que tendrán que valorar los economistas, pero yo también estaré involucrado en esa decisión”.

EPA/BONNIE CASH / POOL
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Trump cuestiona el tamaño del nuevo gigante del entretenimiento

En declaraciones realizadas antes de asistir a los Kennedy Center Honors, Trump fue explícito al referirse a la combinación entre Netflix y Warner Bros. Discovery:
según el presidente, la compañía ya tiene una “cuota de mercado muy grande”, y con Warner esa posición se vería reforzada de forma notable.

Tienen una cuota de mercado muy grande, y cuando tengan Warner Brothers, esa cuota subirá mucho. Así que no lo sé, eso será para que lo digan algunos economistas, y yo también estaré involucrado en esa decisión”, afirmó.

Con estas palabras, Trump deja la puerta abierta a un escrutinio antimonopolio intenso sobre la operación, en un contexto en el que la concentración en los mercados de contenidos, streaming y publicidad digital ya se encuentra bajo el radar de reguladores y legisladores.

Respeto a Netflix… pero alerta por concentración

Pese al tono de advertencia, el presidente matizó que mantiene una relación de respeto hacia la cúpula directiva de la plataforma. “Tengo mucho respeto por Ted Sarandos”, aseguró, dejando claro que las dudas que plantea la operación no pasan por lo personal, sino por el impacto económico y competitivo.

El mensaje es doble: por un lado, Trump reconoce el éxito empresarial y la relevancia de Netflix; por otro, lanza una señal a los reguladores y al mercado de que el Gobierno no quiere quedar al margen de una operación que podría reconfigurar el mapa del entretenimiento global.

En la práctica, una integración de Netflix y Warner supondría combinar:

  • una de las mayores plataformas de streaming del mundo,

  • con un histórico conglomerado de contenidos que incluye HBO, HBO Max y los estudios de cine y televisión de Warner Bros. Discovery.

El resultado sería un actor con un enorme músculo en catálogo, producción, distribución y negociación con anunciantes y operadores.

¿Nueva batalla regulatoria en el sector media?

Las declaraciones de Trump se producen en un momento delicado para el sector de medios y entretenimiento, donde:

  • se han intensificado las fusiones y adquisiciones para ganar escala frente a la fragmentación de audiencias,

  • y el streaming se consolida como el eje central de la batalla por el usuario final.

Un acuerdo de esta magnitud podría reactivar debates ya conocidos en Estados Unidos sobre el poder de los grandes conglomerados mediáticos, muy similares a los que ya se han visto en telecomunicaciones, tecnología o redes sociales.

Agencias como la FTC o el Departamento de Justicia (DoJ) tendrían que evaluar si la operación limita la competencia en:

  • la producción de contenidos,

  • la distribución de streaming,

  • o incluso la negociación de derechos deportivos y cinematográficos.

Trump, al subrayar que se implicará en la decisión, también introduce un componente político en un asunto que, en principio, debería dirimirse en clave técnico-regulatoria.

Un mensaje para el mercado: la operación no está hecha

Las palabras del presidente funcionan, en la práctica, como un recordatorio al mercado de que la compra de Warner Bros. Discovery por parte de Netflix no está ni mucho menos garantizada.

Aunque desde el punto de vista estratégico la fusión pueda resultar atractiva para reforzar catálogo, escala global y capacidad de inversión en contenidos e inteligencia artificial aplicada al consumo audiovisual, el riesgo regulatorio se convierte en una variable crítica para analistas e inversores.

La frase de Trump —“podría ser un problema”— no bloquea la operación, pero sí anticipa que cualquier aprobación, si llega, tendrá que superar un examen muy exigente sobre cuota de mercado, impacto en la competencia y efectos sobre consumidores y creadores de contenido.

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