Automóviles y vino, en el centro del nuevo pacto arancelario entre la UE y Estados Unidos
El acuerdo bilateral reduce los aranceles que amenazaban con desatar una guerra comercial. Los automóviles y los vinos europeos quedan sujetos a un impuesto del 15 %, siempre que Bruselas avance en la reducción de sus tarifas industriales.
La Unión Europea y Estados Unidos han dado un paso atrás en la escalada de tensiones comerciales que amenazaba con derivar en una guerra arancelaria. El pacto alcanzado entre ambos bloques excluye a sectores clave, pero introduce cambios que alivian la presión sobre el comercio transatlántico, especialmente en el ámbito automovilístico y vitivinícola.
Según detalló Valeria Gómez, periodista de Negocios TV, el sector del automóvil europeo, que enfrentaba la posibilidad de un arancel del 27,5 %, verá finalmente reducida esa cifra hasta el 15 %. Un alivio notable, aunque condicionado: la rebaja solo será efectiva si la Unión Europea presenta legislación orientada a disminuir sus propias tarifas industriales. En caso de cumplirse este requisito, la reducción tendrá carácter retroactivo desde el 1 de agosto.
La misma fórmula se aplicará al sector del vino. Las exportaciones vitivinícolas hacia Estados Unidos, que también estaban en el punto de mira de Washington, quedarán sujetas a un arancel del 15 %, siempre bajo el mismo principio de reciprocidad. Este matiz subraya la estrategia estadounidense: presionar para que Bruselas abra su mercado, ofreciendo a cambio una rebaja en los gravámenes que amenazaban a dos de sus industrias más relevantes.
Aunque quedan fuera del acuerdo otros productos y sectores, el pacto permite ganar tiempo y rebajar la tensión en una relación que se había endurecido en los últimos meses. En este sentido, fuentes comunitarias reconocen que se trata de un entendimiento parcial, pero que envía una señal de voluntad política para evitar una confrontación de mayores dimensiones.
Para Europa, el riesgo de un 27,5 % de arancel sobre los automóviles suponía un golpe directo a una de sus industrias más potentes, especialmente en Alemania y Francia. La posibilidad de mantener la tasa en el 15 % —siempre que se cumplan las condiciones— ofrece cierto respiro a fabricantes y exportadores. En paralelo, para el vino, otro sector estratégico para países como España, Italia y Francia, la noticia representa un balón de oxígeno en plena temporada de exportaciones.
El pacto entre Bruselas y Washington no resuelve todas las fricciones, pero marca un punto de inflexión que aleja el fantasma de la guerra comercial. El equilibrio, sin embargo, dependerá de que la UE acepte el reto de ajustar su marco arancelario y de que ambas potencias mantengan abierta la vía del diálogo.