Bruselas y Pekín, frente a frente en plena guerra de sanciones

China exige que la UE retire sanciones a empresas chinas y advierte de consecuencias comerciales

El Ministerio de Comercio de la República Popular China (MOFCOM) ha instado este jueves a la Unión Europea a revocar las sanciones impuestas a empresas chinas incluidas en el último paquete antirruso del bloque, asegurando que tales medidas carecen de respaldo legal internacional y ponen en riesgo la colaboración económica bilateral.
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UNSPLACH / ABOODIVESAKARAN

La tensión entre China y la Unión Europea ha escalado de nuevo ante la oleada de sanciones europea contra empresas chinas acusadas de facilitar actividades vinculadas a la guerra de Rusia en Ucrania. En su comparecencia habitual, el portavoz del Ministerio de Comercio chino criticó la inclusión de compañías y entidades chinas en las medidas adoptadas por el bloque, al considerarlas “unilateralidades” sin bases en el derecho internacional ni autorización del Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas.

La Comisión Europea, dentro de su sancionador mecanismo contra Rusia, aprobó recientemente incluir a varias empresas y bancos chinos en su lista de entidades sujetas a medidas restrictivas por apoyar la maquinaria bélica rusa o intentar eludir las sanciones occidentales. Pekín considera que esta acción vulnera el marco de cooperación alcanzado entre ambos actores y exige su retirada inmediata.

China alega que las sanciones europeas:

  • No están autorizadas por la ONU, lo que debilita su legitimidad. 

  • Contravienen el entendimiento alcanzado con la UE sobre comercio e inversiones. 

  • Dañan la estabilidad de las relaciones económicas y financieras entre China y Europa, así como el suministro energético global.

El MOFCOM subrayó que tomará “las medidas necesarias para salvaguardar los derechos e intereses legítimos de las empresas chinas” si las sanciones no se revierten.

 

Impacto sobre la relación UE-China y el comercio mundial

Este choque tiene implicaciones de amplio alcance:

  • Económico-comerciales: La inclusión de firmas chinas en sanciones socava la confianza de las empresas europeas que operan en China, elevando los costes geopolíticos de la cooperación internacional.

  • Financieros: China ya ha respondido aplicando sanciones a bancos europeos, lo que abre una vía de escalada financiera. 

  • Geopolítica: El enfrentamiento refuerza apuestas de diversificación de bloques económicos y alianzas, precisamente cuando el orden global se fragmenta más allá del eje tradicional Occidente-China.

  • Para las empresas: Las compañías europeas y chinas se encuentran en el ojo del huracán: sanciones, contramedidas y un entorno normativo cada vez más volátil elevan los riesgos de inversión transfronteriza.

 

El pulso podría prolongarse con varios escenarios abiertos:

  • La UE puede decidir mantener firme su postura, lo que podría llevar a más sanciones dirigidas a entidades chinas y una escalada de represalias.

  • China puede responder aumentando sus medidas restrictivas hacia empresas y bancos europeos, lo que tensionaría aún más el sistema financiero internacional.

  • Ambas partes podrían dar un paso atrás y retomar el diálogo, en línea con declaraciones previas que apuntaban a una “desescalada” del conflicto comercial.

La exigencia china de que la UE retire sanciones a empresas chinas marca un nuevo frente en la batalla global de sanciones y poder económico. Más allá del diferente posicionamiento sobre Rusia o Taiwán, lo que se aprecia es un cambio estructural en la forma en que se regulan las relaciones comerciales internacionales. Para las empresas que operan entre Europa y China, el mensaje es claro: la línea entre comercio, política y geoestrategia es cada vez más fina. En ese contexto, la gestión del riesgo y la anticipación serán clave para navegar la nueva realidad internacional.

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