El Pentágono autoriza un paquete de munición guiada de precisión

EE.UU. da luz verde a la venta de armas de ataque aéreo a Canadá por 2.680 millones de dólares

El Departamento de Defensa de Estados Unidos ha aprobado una posible venta de armas de ataque aéreo a Canadá valorada en 2.680 millones de dólares. El paquete, ya notificado al Congreso, incluye miles de municiones guiadas de precisión, desde bombas de pequeño diámetro hasta kits JDAM y cabezas penetradoras, con el objetivo declarado de reforzar la capacidad de disuasión de Ottawa y su interoperabilidad con las fuerzas estadounidenses.

Pentágono
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Un paquete de 2.680 millones para reforzar a Canadá

Según el Departamento de Defensa de Estados Unidos, Washington ha autorizado una potencial venta a Canadá de 2.680 millones de dólares en armamento para ataque aéreo. La operación se enmarca en los acuerdos de cooperación en defensa entre ambos países y ya ha sido comunicada al Congreso a través de la Defense Security Cooperation Agency (DSCA), el organismo responsable de supervisar las exportaciones militares estadounidenses.

La transacción no está formalmente cerrada, pero la notificación supone un paso clave: abre la puerta a que Ottawa y Washington ultimen los detalles comerciales y técnicos de un paquete considerado estratégico para la modernización de las capacidades aéreas canadienses.

Qué incluye el paquete: bombas guiadas y munición de precisión

La solicitud canadiense abarca miles de municiones guiadas de precisión, diseñadas para aumentar la eficacia de sus fuerzas aéreas en misiones de ataque y disuasión. Entre los sistemas destacados se encuentran:

  • Bombas de pequeño diámetro GBU-39 (SDB), capaces de alcanzar objetivos con alta precisión minimizando daños colaterales.

  • Kits de guiado JDAM, que convierten bombas convencionales en municiones inteligentes mediante sistemas de navegación GPS/inercial.

  • Otros sistemas descritos en la documentación oficial como “practice bombs inert with fuzes” (bombas inertes de entrenamiento con espoleta) y “I-2000 penetrator warheads” (cabezas penetradoras I-2000), destinados tanto a entrenamiento avanzado como a capacidades de ataque contra estructuras reforzadas.

Los principales contratistas citados en la operación son Boeing y RTX (antigua Raytheon Technologies), dos gigantes del sector aeroespacial y de defensa que ya suministran de forma habitual este tipo de sistemas a aliados de Estados Unidos.

Interoperabilidad y defensa continental como argumentos clave

Desde Washington se insiste en que el objetivo de este paquete es reforzar la capacidad de Canadá para disuadir amenazas y operar de forma “fluida” junto a las fuerzas estadounidenses. En un contexto de creciente tensión geopolítica y de refuerzo de la arquitectura de defensa en el marco de la OTAN y del NORAD, la Casa Blanca y el Pentágono subrayan que la modernización del arsenal canadiense es un eslabón más en la defensa conjunta de América del Norte.

Fuentes oficiales también recalcan que la operación “no alterará el equilibrio militar de la región”, un mensaje dirigido tanto a la opinión pública como a otros actores internacionales, en un momento en el que cualquier movimiento significativo en materia de armamento es analizado con lupa.

Boeing y RTX, ganadores industriales del contrato

En el plano industrial, el visto bueno del Pentágono señala a Boeing y RTX como los principales beneficiarios del contrato. Estas compañías aportan la tecnología y la integración de sistemas que convertirán la compra en un salto cualitativo para la fuerza aérea canadiense, especialmente en lo relativo a armamento inteligente de precisión.

La operación refuerza, además, la cadena de valor transfronteriza entre la industria de defensa estadounidense y la canadiense, un vínculo que se ha intensificado en los últimos años con la modernización de flotas, sistemas de radar y capacidades de mando y control en el marco del NORAD.

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