Motor Tanker Centuries

EEUU incauta un nuevo petrolero frente a Venezuela y eleva la tensión en el Caribe

Washington confirma la captura del buque ‘Centuries’, sospechoso de transportar crudo sancionado, en una operación que endurece el pulso energético con Caracas.
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La guerra financiera y energética contra Venezuela ha dado un nuevo salto al mar. El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos ha confirmado la incautación del petrolero Motor Tanker Centuries frente a la costa venezolana, en una operación conjunta de la US Coast Guard y el Pentágono, según recoge baha news.
Washington sospecha que el buque transportaba petróleo sujeto a sanciones, y ha acompañado el anuncio con una frase que no deja lugar a dudas: el “puño de hierro del despliegue militar y policial conjunto de Estados Unidos gobierna las olas”.
El mensaje es doble: advertencia directa a Caracas y a cualquier operador dispuesto a desafiar el régimen de sanciones, y recordatorio de que el control de las rutas energéticas sigue siendo un instrumento central de poder.

 

 

Un nuevo pulso en aguas venezolanas

La captura del Centuries no es un incidente aislado, sino un capítulo más en la estrategia de máxima presión sobre el sector petrolero venezolano. Desde hace años, Washington utiliza sanciones secundarias y control marítimo para asfixiar las exportaciones de crudo vinculadas al Gobierno de Nicolás Maduro y a sus aliados.
Que la operación se produzca frente a las costas venezolanas añade un componente simbólico evidente: Estados Unidos muestra capacidad para interferir en la logística energética de Caracas incluso fuera de sus aguas territoriales, amparándose en el marco sancionador y en acuerdos de cooperación con terceros países.

El F22 Raptor
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La lógica de las sanciones: petróleo como arma económica

El trasfondo del caso es la batalla por el cumplimiento de las sanciones. Estados Unidos considera que cualquier cargamento de crudo vinculado a empresas o entidades bajo castigo debe ser susceptible de acción legal, incluso si navega bajo bandera de terceros.
Ese enfoque pretende enviar un mensaje claro a armadores, aseguradoras y traders: transportar petróleo sancionado ya no es solo un riesgo comercial, es un riesgo legal y reputacional de primer orden. El efecto buscado es disuadir a intermediarios de participar en la llamada “flota en la sombra”, que mueve crudo de países sancionados a través de rutas opacas y cambios de bandera.

Caracas, más presión en plena fragilidad económica

Para Venezuela, este tipo de operaciones supone un golpe directo a una de sus pocas vías de obtención de divisas. El país intenta recomponer parte de su capacidad exportadora tras años de caída de producción, infraestructuras deterioradas y aislamiento financiero.
La incautación del Centuries envía una señal al resto de la red logística que trabaja con el crudo venezolano: el margen para operar en la penumbra se reduce. Eso puede traducirse en fletes más caros, aseguradoras más reticentes y descuentos mayores a la hora de colocar el petróleo en mercados lejanos, especialmente Asia.

TankerTrackers
TankerTrackers

Mensaje al resto del mundo: quién manda en las rutas energéticas

La frase utilizada por el Departamento de Seguridad Nacional —ese “puño de hierro” que “gobierna las olas”— no es casual. Es, en términos geopolíticos, una proclamación de control marítimo.
En un contexto en el que potencias como China y Rusia intentan expandir su influencia en América Latina, Washington subraya que sigue teniendo capacidad de interdicción sobre cargamentos estratégicos en el Caribe y el Atlántico. No solo se dirige a Venezuela, sino también a armadores europeos y asiáticos tentados de esquivar sanciones a cambio de márgenes elevados.

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