Washington redefine su estrategia naval

Estados Unidos lanza su apuesta por buques 100% autónomos

La Marina estadounidense abandona el modelo híbrido y se centra en barcos totalmente no tripulados, con el objetivo de reducir riesgos humanos y consolidar una nueva élite tecnológica militar.

La nueva era en la guerra: EEUU apuesta por buques 100% no tripulados

Estados Unidos ha dado un paso decisivo hacia la guerra del futuro. La Marina ha optado por abandonar los modelos “mixtos”, capaces de operar con o sin tripulación, y se decanta por buques de superficie completamente autónomos. Una decisión que responde tanto al elevado coste de los híbridos como a la complejidad operativa que representan, y que marca un antes y un después en la estrategia militar del país.

El Pentágono ya trabaja en el proyecto MASC (Embarcación de Superficie de Ataque Modular), una nave capaz de transportar contenedores, recorrer más de 4.600 kilómetros y alcanzar velocidades cercanas a los 50 km/h sin un solo marinero a bordo. Su diseño busca mantener a los militares fuera de la línea de fuego, reducir al mínimo los riesgos humanos y garantizar operaciones más ágiles en escenarios de alta tensión.

Esta transformación tecnológica no parte de cero. La Armada cuenta ya con un escuadrón de buques no tripulados, los llamados Hell Hounds, creados el pasado año. Y de cara a 2026 prepara una flotilla de portaaviones en la que, por primera vez, navegará al menos un barco completamente autónomo junto a embarcaciones tripuladas.

La apuesta, sin embargo, no elimina la necesidad de personal especializado. La ausencia de marineros a bordo se sustituye por una nueva élite de profesionales en tierra, formados en robótica, inteligencia artificial y sistemas no tripulados. Un perfil que, según fuentes del Pentágono, será tan estratégico en el futuro como lo son hoy los oficiales nucleares.

El mensaje es claro: el campo de batalla marítimo entra en una nueva era donde la tecnología redefine la fuerza naval y la preparación militar. Washington busca mantener su ventaja en un escenario global cada vez más marcado por la automatización y la competencia estratégica con potencias como China y Rusia.

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