El ministro húngaro de Exteriores, Peter Szijjarto, reclama un apoyo «pleno e incondicional» al plan de 28 puntos impulsado por Washington

Hungría acusa a líderes de la UE de intentar bloquear el plan de paz de EE. UU. para Ucrania

El ministro de Asuntos Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, aseguró este lunes que los líderes de Europa occidental están intentando bloquear el plan de paz de 28 puntos propuesto por Estados Unidos para poner fin a la guerra en Ucrania. En un mensaje publicado en X, Szijjarto calificó la iniciativa como una «gran oportunidad para poner fin a la guerra» y sostuvo que es deber de todo político europeo respaldarla «plena e incondicionalmente», al considerarla la opción «racional y humana». Sus declaraciones se producen tras haber reclamado, a comienzos de mes, el cese de la ayuda financiera de la Unión Europea a Ucrania, a la que acusó de albergar «una mafia de guerra y un sistema corrupto».

 

E P A  / W A E L H A M Z E H
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Las palabras del jefe de la diplomacia húngara vuelven a subrayar el choque de posiciones dentro del bloque comunitario sobre cómo abordar el conflicto ucraniano y la relación con Kiev. Mientras una mayoría de Estados miembros defiende la continuidad del apoyo militar y económico, el Gobierno de Budapest insiste en la necesidad de priorizar una salida negociada y cuestiona abiertamente el destino y la gestión de los fondos europeos.

Acusaciones a los líderes de Europa occidental

En su mensaje, Szijjarto afirmó que «los políticos de Europa occidental» están tratando de bloquear el plan de paz estadounidense, sin especificar qué países o dirigentes estarían detrás de esa supuesta maniobra. La crítica se dirige, en términos generales, a los gobiernos que abogan por mantener la presión sobre Rusia mediante sanciones y apoyo militar sostenido a Ucrania, incluso mientras se exploran vías diplomáticas.

El ministro húngaro enmarca la oposición al plan en una falta de voluntad política para explorar soluciones alternativas al enfoque predominante desde el inicio de la invasión. Según su relato, no respaldar la hoja de ruta de Washington equivaldría a desaprovechar una oportunidad para detener la guerra, prolongando así el sufrimiento y los costes humanos y económicos del conflicto.

Defensa del plan de paz de EE. UU.

Szijjarto describe el plan de 28 puntos de Estados Unidos como una «gran oportunidad» para cerrar el frente bélico. Aunque no detalla el contenido de la propuesta, insiste en que debe ser apoyada «plena e incondicionalmente» por los responsables políticos europeos, a quienes apela tanto en términos de racionalidad como de humanidad.

Para el jefe de la diplomacia húngara, el plan estadounidense representaría una vía pragmática para detener las hostilidades, frente a lo que considera un enfoque puramente militar insuficiente para alcanzar una paz duradera. Su mensaje sugiere que la falta de adhesión al documento no se debe a carencias de la propuesta, sino a resistencias políticas dentro de la Unión Europea.

Tensión dentro de la Unión Europea

Las declaraciones de Szijjarto se insertan en un clima de tensión recurrente entre Hungría y el resto de socios comunitarios a propósito de Ucrania. Budapest ha discrepado de manera reiterada sobre sanciones, ayudas financieras y envíos de armamento, situándose en una posición minoritaria pero persistente en el seno de la UE.

Al acusar a líderes de Europa occidental de tratar de frenar el plan de paz, el ministro húngaro refuerza la imagen de un bloque dividido internamente en cuanto a la estrategia hacia la guerra. Esa división complica la construcción de una posición común robusta en las instituciones europeas y alimenta el debate sobre hasta qué punto la UE puede mantener la unidad en un conflicto de largo recorrido.

Críticas a Ucrania y exigencia de cortar la financiación

A principios de mes, Szijjarto ya había elevado el tono al pedir el cese de la ayuda financiera a Ucrania por parte de la Unión Europea. En sus declaraciones, sostuvo que en el país opera «una mafia de guerra y un sistema corrupto», formulación con la que cuestiona tanto la transparencia en el uso de los fondos como el funcionamiento institucional de Kiev.

Este discurso refuerza la narrativa del Gobierno húngaro, que pide mayores garantías sobre el destino de los recursos antes de aprobar nuevos paquetes de apoyo. La combinación de críticas a la corrupción y de apelaciones a la paz le permite presentarse ante su opinión pública como un actor que prioriza tanto la responsabilidad en el gasto como la búsqueda de una solución negociada, en contraste con otros socios a los que acusa de prolongar el conflicto.

Una “opción racional y humana” según Budapest

En su mensaje en X, Szijjarto afirmó que apoyar el plan estadounidense es la opción «racional y humana» para cualquier político europeo. Con ello, establece un marco moral en el que la defensa de la iniciativa de Washington se asocia a la protección de vidas humanas, mientras que su rechazo se vincularía implícitamente a la prolongación de la guerra.

Hungría intenta así desplazar el centro del debate, desde la conveniencia estratégica de aumentar o no el apoyo a Ucrania, hacia una discusión sobre la responsabilidad ética de los dirigentes europeos. La formulación convierte la adhesión al plan de paz no solo en una decisión política, sino en un test de compromiso con el fin del conflicto.

Implicaciones para el debate europeo sobre Ucrania

Las palabras de Szijjarto llegan en un momento en el que la UE se enfrenta al reto de mantener el respaldo a Ucrania en un escenario de fatiga política, presiones presupuestarias y calendario electoral en varios países. La posición húngara introduce un elemento adicional de fricción que podría complicar futuras negociaciones sobre paquetes de ayuda o sanciones.

Al presentar el plan de paz de Estados Unidos como una vía preferente y acusar a líderes de Europa occidental de bloquearlo, el ministro húngaro alimenta la percepción de que existen dos enfoques divergentes dentro del bloque: uno que prioriza la continuidad del apoyo militar y otro que reclama un giro hacia la negociación. El desenlace de este pulso interno será determinante para definir el papel que la Unión Europea quiera desempeñar en la búsqueda de una salida a la guerra en Ucrania.

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