Claves de una nueva era diplomática en Oriente Medio

Israel se compromete con el plan de Gaza de Trump y frena la anexión de Cisjordania

El ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Gideon Saar, volvió a confirmar este jueves que Tel Aviv colaborará activamente para que el plan del presidente estadounidense Donald Trump sobre la franja de Gaza tenga éxito. Al mismo tiempo, Saar precisó que la reciente votación del parlamento israelí para la anexión de la Ribera Occidental no cuenta con el respaldo del Gobierno —y que por tanto no será promovida por el Ejecutivo.

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EPA/MARTIN DIVISEK

En una comparecencia junto a la titular albanesa de Asuntos Exteriores, Elisa Spiruval, el ministro Saar subrayó que tanto Hamas como la Palestinian Islamic Jihad deben “deponer las armas” y que Gaza debe quedar “desmilitarizada”, consignas que reflejan la hoja de ruta del plan estadounidense-israelí. Según Saar, el Gobierno israelí “no participó en la votación de la Knéset” sobre la anexión de la Ribera Occidental —una iniciativa parlamentaria que calificó de “llamado preliminar” de la oposición y sin carácter ejecutivo.

El plan impulsado por Trump busca un alto el fuego en Gaza, la liberación de los rehenes, el desarme de Hamas, una supervisión internacional y la reconstrucción económica del territorio. En este sentido, la declaración de Israel adquiere una relevancia decisiva: confirma que Tel Aviv se alinea públicamente con ese mecanismo.

Para Israel, participar activamente en ese plan otorga una doble ventaja: una mejora de la relación con Estados Unidos —su principal aliado— y un empuje al frente diplomático con países árabes clave, algunos de los cuales condicionan la normalización con Israel a avances reales en la cuestión palestina.

Mientras tanto, la votación preliminar del parlamento israelí para extender la soberanía israelí sobre parte de Cisjordania provocó un choque diplomático frontal con Washington. El vicepresidente estadounidense J. D. Vance tildó la iniciativa de “insulto” y aseguró que, bajo la política de Trump, “la Ribera Occidental no será anexada”. El ministro Saar vino a ratificar ese posicionamiento al afirmar que dicha votación no cuenta con el apoyo del Gobierno y que no será promovida por la mayoría ejecutiva.

Desde la óptica israelí, ese viraje temporal responde a la necesidad de preservar la estabilidad de la tregua en Gaza y evitar tensar relaciones tanto con Washington como con aliados en Oriente Medio que podrían retirarse del proceso de reconstrucción si Berlín de línea de anexión.

Este doble movimiento —compromiso con el plan de Gaza + freno a la anexión— dibuja un escenario de recalibración diplomática. Por un lado, Israel gana credibilidad para liderar o participar en la reconstrucción internacional de Gaza, lo que podría abrir oportunidades en infraestructura, energía y logística en la franja y sus márgenes. Por otro lado, el frenazo de la anexión reduce por ahora un foco de tensión directa con Estados Unidos, uno de los pilares de la política exterior israelí.

Para el tejido empresarial global, este contexto abre ventanas de inversión condicionadas a una estabilidad mínima. Si el plan de Gaza avanza conforme a lo anunciado y Israel coopera, podría activarse un flujo de fondos, contratos PPP (asociaciones público-privadas) y proyectos de reconstrucción. Aquellos operadores que se anticipen y adapten a ese escenario tempranamente podrían obtener ventaja competitiva. Sin embargo, el gran riesgo se basa en la incertidumbre política: un fracaso del plan, un incumplimiento de Israel o la reactivación de la anexión podrían generar pérdidas reputacionales o de inversión.

La reciente intervención de Gideon Saar marca un cambio clave en la estrategia de Tel Aviv: se alinea con el plan trilateral para Gaza impulsado por Donald Trump y al mismo tiempo pone en pausa —o al menos en espera— su proyecto de anexión de Cisjordania. Es una maniobra diplomática que busca equilibrar la necesidad de seguridad, legitimación internacional y oportunidades económicas. Si Moscú, Doha, Riad y Washington convergen, podríamos estar ante un nuevo capítulo de estabilidad en la región. Si no, todo podría revertirse con rapidez.

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