Medvédev se burla de Macron y amenaza con enviar submarinos rusos a las costas francesas
El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, ha vuelto a escalar la tensión verbal con Occidente al burlarse del presidente francés, Emmanuel Macron, en un mensaje publicado en X. Medvédev ironizó sobre unas supuestas advertencias del dirigente francés a sus socios europeos sobre una posible “traición” de Estados Unidos a Ucrania y remató su mensaje sugiriendo enviar “un par de los mejores submarinos del mundo” a las costas de Francia. Mientras tanto, Macron insiste en que la unidad entre Washington y Europa es “esencial” para resolver la guerra en Ucrania.
Las burlas de Medvédev y la alusión a submarinos rusos
En un nuevo episodio de diplomacia de alto voltaje en redes sociales, Dmitri Medvédev utilizó la plataforma X para arremeter contra Emmanuel Macron. En su mensaje, se refirió al presidente francés como el “valiente Micron” y citó unas supuestas advertencias del líder galo a otros mandatarios europeos sobre el riesgo de que Estados Unidos acabe permitiendo concesiones territoriales a Rusia en Ucrania.
Medvédev aseguró que estos comentarios se habrían producido en una “conversación filtrada” de lo que calificó como “degenerados rusófobos europeos” el pasado 1 de diciembre. La parte más polémica del mensaje llegó al final, cuando sugirió que “quizás ha llegado el momento de enviar un par de los mejores submarinos del mundo a las costas de Francia”, acompañado de un emoji riéndose, en un tono que mezcla burla y amenaza velada.
El contexto: dudas sobre Estados Unidos y el futuro de Ucrania
Las palabras de Medvédev se apoyan en una narrativa que Moscú lleva tiempo explotando: sembrar dudas sobre la solidez del apoyo estadounidense a Ucrania a medio y largo plazo. Las supuestas advertencias de Macron, tal y como las presenta Medvédev, apuntarían a un temor creciente en algunas capitales europeas: que un cambio de estrategia en Washington termine forzando a Kiev a aceptar concesiones territoriales a Rusia como parte de un eventual acuerdo de paz.
Este tipo de mensajes encaja con la estrategia del Kremlin de fracturar la unidad occidental, presentando a Europa como vulnerable a las decisiones de Estados Unidos y a la vez tratando de explotar cualquier fisura política entre socios. La referencia a los submarinos, en ese contexto, añade un componente simbólico de fuerza militar, aunque revestido de sarcasmo.
La respuesta de Macron: unidad transatlántica y más presión sobre Moscú
Pese a las insinuaciones difundidas por Medvédev, Emmanuel Macron defendió públicamente que la unidad entre Estados Unidos y Europa es “esencial” para abordar la guerra en Ucrania. El presidente francés subrayó la necesidad de mantener y aumentar la presión económica sobre Moscú, dejando claro que, al menos en su discurso oficial, no contempla rebajar la exigencia hacia Rusia ni relajar el apoyo a Kiev.
Macron ha tratado en los últimos meses de combinar un mensaje de firmeza —sanciones, apoyo militar y financiero a Ucrania— con la idea de que Europa debe ganar mayor autonomía estratégica. Esa doble línea, a menudo criticada desde distintos frentes, lo ha colocado en el centro del debate sobre cómo debe ser la relación de Europa con Washington en un conflicto que ya marca la agenda geopolítica del continente.
Un diálogo cada vez más tenso entre Moscú y las capitales europeas
El intercambio, aunque se produzca en redes sociales, refleja el deterioro profundo de las relaciones entre Rusia y las principales capitales europeas. Medvédev, que en los últimos años ha adoptado un tono cada vez más agresivo en sus declaraciones públicas, se ha convertido en una especie de altavoz de las posiciones más duras del Kremlin, con mensajes que buscan provocar y marcar titulares.
Al mismo tiempo, los líderes europeos tratan de mantener una línea de unidad frente a la agresión rusa, al tiempo que gestionan el cansancio social y económico derivado de una guerra prolongada. En ese contexto, cualquier insinuación sobre divisiones internas —como la supuesta “traición” de Estados Unidos a Ucrania— se convierte en munición política tanto para Moscú como para actores internos en la UE.
Por ahora, el choque se libra principalmente en el terreno retórico. Pero el tono empleado y las referencias a capacidades militares estratégicas, como los submarinos, recuerdan que el conflicto en Ucrania no es solo una guerra regional, sino un punto de fricción geopolítica con implicaciones globales, donde cada palabra cuenta.
