3I/ATLAS

El cometa 3I/ATLAS reabre el temor de Hawking: ¿debemos permanecer en silencio ante posibles civilizaciones alienígenas?

El descubrimiento del cometa 3I/ATLAS reaviva el debate sobre los riesgos de contactar con civilizaciones extraterrestres avanzadas, apoyando la teoría del 'bosque oscuro' expuesta por Stephen Hawking. El físico Avi Loeb sugiere no descartar un origen alienígena para el cometa, mientras la NASA asegura que no representa peligro directo para la Tierra.

Imagen del cometa 3I/ATLAS captado en baja resolución, representando el objeto interestelar que ha despertado debates científicos y filosóficos sobre la comunicación con civilizaciones extraterrestres.<br>                        <br>                        <br>                        <br>
Imagen del cometa 3I/ATLAS captado en baja resolución, representando el objeto interestelar que ha despertado debates científicos y filosóficos sobre la comunicación con civilizaciones extraterrestres.

El hallazgo del cometa 3I/ATLAS, confirmado en julio de 2025, ha reavivado una de las preguntas más inquietantes de la astrofísica moderna: ¿qué riesgos conlleva intentar contactar con civilizaciones extraterrestres? La advertencia del físico Stephen Hawking vuelve a cobrar relevancia, especialmente a la luz de los extraños comportamientos observados en este objeto interestelar, cuyo origen y trayectoria aún desconciertan a la comunidad científica.

Un visitante que desafía las reglas cósmicas

El 3I/ATLAS no es un cometa ordinario. Detectado por primera vez por el sistema Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System (ATLAS) en Hawái, su trayectoria no elíptica y su velocidad superior a la esperada lo catalogan como un visitante interestelar, procedente de más allá de nuestro sistema solar. Su paso, calculado a unos 270 millones de kilómetros de la Tierra, no representa una amenaza directa, pero sí despierta un interés científico enorme.

Lo que más intriga a los astrónomos es su aceleración no gravitacional, un comportamiento que recuerda al del misterioso ‘Oumuamua descubierto en 2017. El astrofísico Avi Loeb, de la Universidad de Harvard, sostiene que esta aceleración podría deberse a un origen no natural, quizá tecnológico, lo que abriría un debate de proporciones históricas. Loeb ha instado a la NASA a publicar imágenes de alta resolución tomadas el 2 de octubre, que podrían aportar claridad, aunque el organismo espacial aún no ha hecho públicos esos datos.

The Hubble Space Telescope captured this image of interstellar object 3I/ATLAS on July 21, 2025. It was the sharpest image yet of the object, acquired when the object was 277 million miles (446 million km) from Earth. This object is now generally believed to be a comet by most astronomers. In this image, a comet-like, teardrop-shaped cocoon of dust can be seen coming off its solid, presumably icy nucleus. Image via NASA/ ESA/ D. Jewitt (UCLA); Image Processing: J. DePasquale (STScI).
The Hubble Space Telescope captured this image of interstellar object 3I/ATLAS on July 21, 2025. It was the sharpest image yet of the object, acquired when the object was 277 million miles (446 million km) from Earth. This object is now generally believed to be a comet by most astronomers. In this image, a comet-like, teardrop-shaped cocoon of dust can be seen coming off its solid, presumably icy nucleus. Image via NASA/ ESA/ D. Jewitt (UCLA); Image Processing: J. DePasquale (STScI).

La advertencia de Stephen Hawking y el “bosque oscuro” del universo

Décadas atrás, Stephen Hawking ya había planteado una inquietud que hoy parece más vigente que nunca: buscar vida extraterrestre podría ser peligroso. Su comparación fue contundente: el contacto con una civilización avanzada podría asemejarse a la llegada de los colonizadores europeos al continente americano, un encuentro devastador para los pueblos originarios.

El concepto del “bosque oscuro”, popularizado por el escritor Liu Cixin, complementa esta idea. Según esta teoría, el universo funciona como un bosque inmenso donde cada civilización es un cazador oculto. Revelar la propia posición podría equivaler a firmar la sentencia de destrucción. Bajo esta lógica, la prudencia se convierte en estrategia de supervivencia cósmica: guardar silencio sería la única forma segura de existir en un universo potencialmente hostil.

Hawking, en esta línea, criticó abiertamente proyectos como el SETI (Search for Extraterrestrial Intelligence) o el envío de mensajes al espacio profundo desde sondas como Voyager 1 y 2, que contienen información sobre la humanidad. Su temor: que esos mensajes puedan ser interceptados por civilizaciones cuyo interés no sea precisamente pacífico.

¿Un cometa o una sonda interestelar?

El caso del 3I/ATLAS ha dividido a la comunidad científica. Mientras la NASA insiste en su origen natural, otros investigadores creen que el comportamiento del objeto no encaja del todo con el de un cometa clásico. Avi Loeb, autor del libro Extraterrestrial: The First Sign of Intelligent Life Beyond Earth, sostiene que los datos de aceleración podrían sugerir una estructura similar a una vela solar artificial, utilizada para propulsar naves mediante la radiación estelar.

Aunque la hipótesis parezca extrema, no es la primera vez que se plantea. En 2021, la revista Nature Astronomy publicó un análisis de los movimientos de ‘Oumuamua que también sugería comportamientos incompatibles con las leyes físicas esperadas para objetos naturales. Loeb considera que negar la posibilidad de un origen artificial “no es científico, sino emocional”, y exige un enfoque abierto, basado en los datos.

Ciencia, filosofía y miedo a lo desconocido

Más allá de los números y trayectorias, el debate sobre el 3I/ATLAS tiene una dimensión filosófica profunda. Si el universo fuera realmente un “bosque oscuro”, ¿deberíamos permanecer callados para sobrevivir, o explorar y asumir los riesgos del contacto?

Algunos científicos, como Jill Tarter, exdirectora del SETI Institute, defienden que el silencio perpetuo no es una opción, argumentando que la curiosidad humana es lo que impulsa el progreso. Sin embargo, otros, influenciados por la prudencia de Hawking, creen que la humildad cósmica es una necesidad, no una cobardía. “No conocemos las intenciones de quienes puedan estar ahí afuera”, recordaba Hawking.

Un espejo sobre nosotros mismos

El cometa 3I/ATLAS, real o simbólicamente, nos enfrenta a una pregunta más humana que astronómica: ¿estamos listos para aceptar que no estamos solos? Y, si lo estuviéramos, ¿sabemos cómo responder? La posibilidad de que el universo nos escuche no solo despierta curiosidad, sino también una profunda inquietud sobre nuestro lugar en él.

El silencio del espacio, tal vez, sea menos una ausencia de respuesta que una advertencia. Como diría el propio Hawking, “la inteligencia es la capacidad de adaptarse al cambio”, y puede que, en este caso, adaptarse signifique aprender a escuchar… sin hablar demasiado alto.

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