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3I/Atlas fuerza a la NASA a informar a la Casa Blanca por sus anomalías

La agencia espacial estadounidense prepara una reunión con el Gobierno ante el comportamiento inédito del objeto interestelar 3I/Atlas y el riesgo de desatar alarma pública.

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El objeto interestelar 3I/Atlas se ha convertido en uno de los mayores enigmas recientes de la astronomía. Lejos de comportarse como un cometa convencional, exhibe chorros activos apuntando hacia el Sol, aceleraciones difíciles de justificar y una dinámica que rompe los modelos clásicos. La situación ha llevado a la NASA a solicitar una reunión con el Gobierno de Estados Unidos para exponer sus hallazgos y consensuar cómo comunicar la información al público sin provocar pánico, en un contexto donde las hipótesis van desde fenómenos físicos aún no descritos hasta la posibilidad, por ahora especulativa, de una estructura artificial.

El interés se ha intensificado con la detección de un segundo objeto interestelar, identificado como CV o C/2025, que algunos interpretan —sin pruebas sólidas— como parte de una posible «flotilla». En paralelo, voces como la del astrofísico Avi Loeb han contribuido a elevar el debate al sugerir que 3I/Atlas podría operar como una sonda dotada de propulsores extremadamente eficientes, una idea que divide a la comunidad científica pero que refleja el grado de desconcierto ante los datos disponibles.

Chorros que desafían la física cometaria

En los cometas habituales, la cola se forma cuando el hielo se sublima al acercarse al Sol y el viento solar empuja el material expulsado en dirección opuesta a la estrella. En ese marco, la cola siempre se orienta «hacia atrás» respecto al Sol, con un comportamiento bien descrito por la física de la radiación y el viento solar.

3I/Atlas, sin embargo, rompe este patrón. De acuerdo con las observaciones citadas por Avi Loeb, el objeto muestra al menos siete chorros activos, algunos de ellos apuntando directamente hacia el Sol. Este detalle es especialmente chocante para los astrofísicos, porque sugiere un mecanismo de expulsión de material que no encaja con las fuerzas habituales que actúan sobre los cometas.

Anticolas y chorros direccionales

Antes del perihelio, la cola de un cometa debería extenderse lejos del Sol; después, debería alinearse más con la dirección de su movimiento. En el caso de 3I/Atlas, los astrónomos describen un escenario mucho más complejo: chorros finos, direccionales, e incluso anticolas que parecen «empujar» al objeto hacia la estrella en lugar de alejarlo.

Este comportamiento ha alimentado la sospecha de que no estamos solo ante un cometa atípico, sino ante un fenómeno que podría requerir nuevos marcos teóricos. La combinación de chorros no convencionales y geometrías poco habituales abre la puerta a interpretaciones que van desde procesos físicos aún no modelizados hasta escenarios más especulativos, en los que la direccionalidad de los chorros se asemeja a un sistema de propulsión.

La aceleración que no cuadra con la masa

Otro de los puntos críticos es la aceleración anómala que experimenta 3I/Atlas. En un cometa clásico, una variación de velocidad de este tipo se explicaría mediante una desgasificación masiva, que implicaría la pérdida súbita de entre un 10% y un 20% de su masa, generando una cola muy brillante y una nube de escombros claramente detectable.

En este caso, los cálculos sugieren que la aceleración observada no va acompañada de la cantidad de material que cabría esperar. No se ve la nube masiva de fragmentos ni la intensificación extrema de la cola que justificarían el impulso. El resultado es un rompecabezas dinámico: las cifras de velocidad y trayectoria reclaman una causa que las observaciones no terminan de confirmar.

Una imagen térmicamente realzada de 3I/ATLAS revela bandas de calor concéntricas en capas, un halo exterior inclinado que se resiste a los vectores solar y de velocidad, y rasgos estructurales que desafían el comportamiento natural de un cometa. usaherald
Una imagen térmicamente realzada de 3I/ATLAS revela bandas de calor concéntricas en capas, un halo exterior inclinado que se resiste a los vectores solar y de velocidad, y rasgos estructurales que desafían el comportamiento natural de un cometa. usaherald

El segundo visitante interestelar

En paralelo al misterio de 3I/Atlas, la comunidad científica ha identificado un segundo objeto interestelar, denominado CV o C/2025. Su llegada casi contemporánea ha desatado teorías en redes sociales que hablan de una posible flotilla de objetos viajando de forma coordinada a través del espacio interestelar.

No obstante, Loeb matiza estas interpretaciones: la mínima separación entre sus trayectorias ronda los 75 millones de kilómetros, una distancia que indica que no han estado realmente cerca ni existe evidencia de que se muevan de forma sincronizada, ni por causas naturales ni por un supuesto control artificial. Aun así, la coincidencia temporal refuerza la sensación de que los visitantes interestelares son más frecuentes —y más complejos— de lo que se pensaba, obligando a revisar los modelos sobre cómo se desplazan estos cuerpos.

Sondas, propulsores y ciencia ficción

Ante la ausencia de una explicación plenamente satisfactoria, Avi Loeb ha planteado una hipótesis que roza la ciencia ficción, pero que pretende apoyarse en los datos: 3I/Atlas podría ser una sonda o nave artificial, equipada con sistemas de propulsión muy eficientes que emplearían chorros dirigidos para generar aceleración sin necesidad de expulsar grandes cantidades de masa.

Según esta visión, los chorros observados funcionarían como propulsores controlados, capaces de modificar sutilmente la trayectoria sin producir la gigantesca nube de desechos que se asociaría a un cometa convencional sometido al mismo tipo de impulso. La propuesta ha generado críticas y recelos dentro de la comunidad científica, que reclama cautela y mayores evidencias antes de dar por buena cualquier explicación que se aparte de los marcos naturales conocidos.

This is a Hubble Space Telescope image of the interstellar comet 3I/ATLAS. Hubble photographed the comet on July 21, 2025, when the comet was 277 million miles from Earth. Hubble shows that the comet has a teardrop-shaped cocoon of dust coming off its solid, icy nucleus. Because Hubble was tracking the comet moving along a hyperbolic trajectory, the stationary background stars are streaked in the exposure.
This is a Hubble Space Telescope image of the interstellar comet 3I/ATLAS. Hubble photographed the comet on July 21, 2025, when the comet was 277 million miles from Earth. Hubble shows that the comet has a teardrop-shaped cocoon of dust coming off its solid, icy nucleus. Because Hubble was tracking the comet moving along a hyperbolic trajectory, the stationary background stars are streaked in the exposure.

Cómo comunicar un posible cambio de paradigma

Más allá del debate técnico, la respuesta institucional es uno de los aspectos más reveladores de este caso. La decisión de la NASA de solicitar una reunión con el Gobierno de Estados Unidos responde a la preocupación por cómo divulgar el fenómeno sin generar pánico ni alimentar teorías conspirativas o malentendidos masivos.

La agencia es consciente de que cualquier comunicación que sugiera un posible cambio de paradigma —ya sea en la física de cometas o en la hipótesis de estructuras artificiales— tendría un fuerte impacto social y cultural. Por eso, el objetivo pasa por armonizar el rigor científico con la responsabilidad informativa, de forma que el público comprenda la magnitud del hallazgo sin caer en el alarmismo.

En ese contexto, la imagen representativa de 3I/Atlas utilizada en el videoclip de Negocios TV, con el objeto recortado sobre el fondo estelar, se ha convertido en un símbolo visual de este enigma: un visitante interestelar que obliga a la ciencia a hacerse nuevas preguntas y a las instituciones a repensar cómo contar, de forma transparente, aquello que todavía no se entiende del todo.

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