Trump anuncia una ofensiva contra el voto por correo en Estados Unidos
Donald Trump ha lanzado un nuevo frente político: eliminar el voto por correo y las máquinas de votación en Estados Unidos. A través de un mensaje en Truth Social, el presidente calificó ambos sistemas de “seriamente controvertidos” y defendió la necesidad de implantar papeletas con marca de agua para garantizar la transparencia electoral.
En una declaración de última hora publicada en Truth Social, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado que liderará un movimiento para acabar con el voto por correo y las máquinas de votación tradicionales. Según sus palabras, ambos mecanismos son poco fiables y abren la puerta al fraude electoral, por lo que deben ser sustituidos por papeletas físicas con marca de agua que, asegura, serían menos vulnerables a irregularidades.
Trump justificó su propuesta insistiendo en la necesidad de “elecciones justas y fronteras fuertes”, afirmando que sin ellas el país “ni siquiera tiene apariencia de nación”. En su mensaje, el presidente también sostuvo que los estados actúan como “agentes del gobierno federal en el recuento y la tabulación de los votos”, lo que a su juicio otorga a la Casa Blanca la capacidad de marcar las reglas del proceso.
El anuncio anticipa un nuevo choque con el Partido Demócrata, que defiende el voto por correo como una herramienta esencial para garantizar la participación ciudadana, especialmente tras la pandemia. Trump, en cambio, mantiene su discurso crítico contra este sistema, al que responsabiliza de irregularidades en procesos anteriores.
La propuesta llega en un contexto de máxima tensión política en Estados Unidos, con la vista puesta en los próximos ciclos electorales. Para sus partidarios, la iniciativa refuerza la narrativa de Trump sobre la necesidad de blindar el sistema democrático frente a supuestos fraudes. Para sus detractores, supone un intento de restringir el acceso al voto y debilitar la confianza en las instituciones electorales.
Con este movimiento, Trump vuelve a colocar el debate sobre la integridad electoral en el centro de la agenda política estadounidense, en paralelo a su insistencia en reforzar la seguridad en las fronteras. Dos banderas que ya marcaron sus anteriores campañas y que, de nuevo, prometen polarizar a la opinión pública.