Conflicto en Ucrania · Defensa estratégica

Zelensky redobla su apuesta: pide reforzar urgentemente la defensa de Jersón ante oleadas de drones rusos

El presidente ucraniano ha vuelto a situar a Jersón en el epicentro del conflicto al afirmar que la ciudad requiere un fortalecimiento urgente de sus defensas frente a los continuos ataques con drones que, según sus palabras, apuntan a ella “cada mes”. Durante una visita a la ciudad con motivo del tercer aniversario de su liberación, Zelensky se reunió con responsables militares y subrayó la necesidad de blindar vías logísticas y de comunicación para proteger tanto a la población como a la estrategia defensiva del país.
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EPA / S TRINGER

Desde las ruinas de una ciudad que quedó marcada por la ocupación y volvió a alzarse, llega el último mensaje de respaldo del Gobierno ucraniano: Jersón, una de las ciudades más expuestas de Ucrania, necesita reforzarse. Zelensky, visiblemente comprometido, alertó a las autoridades militares sobre una amenaza persistente: bombardeos constantes y ataques con drones rusos que no cesan, y advirtió que el daño no solo es material, sino que mina la moral ciudadana.

Su discurso, pronunciado precisamente en el frontispicio de la entrada de la ciudad, no fue retórico. El mandatario convocó a oficiales de la brigada aérea 414th Unmanned Strike Aviation Brigade —conocida como “Pájaros de Magyar”— entre otras unidades especializadas, para revisar y reforzar las defensas antiaéreas y antidrone. El objetivo es claro: asegurar las rutas logísticas y proteger las infraestructuras críticas, bases de operaciones y la población local, conscientes de que los ataques no se suspenden. 

Jersón, liberada en 2022, ha vivido una batalla silenciosa que resume los horrores modernos del conflicto. Las autoridades locales admiten que los ataques, muchas veces perpetrados desde la orilla enemiga del Dniéper, alcanzan a zonas civiles, con el uso de drones tácticos que siembran terror en calles, refugios y hospitales.

El reto para Ucrania no es solo militar sino también logístico y psicológico. Las decisiones tomadas hoy en Jersón repercuten en toda la estrategia nacional: asegurar esa ciudad no es solo un acto defensivo, sino una señal para los aliados y un mensaje interno de resiliencia. Zelensky ha apelado a la colaboración internacional: refuerzos, inteligencia compartida y ayuda humanitaria juegan un papel clave en el sostenimiento de esa frágil estabilidad.

A su llegada, y en contraste con los recuerdos de ocupación, el presidente mostró fotos simbólicas y visitó los accesos de la ciudad, reafirmando que recuperar Jersón significó mucho más que un acto militar: fue un punto de inflexión para la reconstrucción de Ucrania. 

No obstante, la amenaza sigue latente. Expertos y documentación oficial confirman que los drones no respetan el calendario: miércoles o domingo, día o noche, las incursiones provocan daños desiguales pero constantes. Zelensky, con una mezcla de solemnidad y determinación, ha pedido actuar con premura: reforzar defensas electromagnéticas, optimizar la inteligencia no tripulada y blindar la logística que permite sostener el abastecimiento en primera línea.

En Europa y el resto del mundo se observan con atención estas decisiones. Los equilibrios diplomáticos, el apoyo aeroespacial y los paquetes de ayuda militar están condicionados al éxito en territorios como Jersón. Si Ucrania logra estabilizar este enclave, envía una señal potente: la guerra no solo se libra con armas, sino con estrategia, resiliencia y alianzas.

Mientras se multiplican las advertencias —y con ellas, el miedo—, Ucrania insiste en una hoja de ruta que combina dureza defensiva con esperanza: consolidar la liberación, reconstruir la ciudad y proteger a sus ciudadanos. Jersón, escenario de lucha y resiliencia, se erige otra vez como símbolo de la determinación ucraniana.

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