Asia cae fuerte: miedo a burbuja de la IA arrastra Nikkei y KOSPI mientras suben bonos y oro
Los mercados asiáticos afrontan la sesión de mitad de semana con el semáforo claramente en ámbar: el tono es negativo, pero más que un pánico generalizado parece una fase de “purga” de excesos después de meses de rally impulsado por la inteligencia artificial y la expectativa de recortes de tipos. La referencia inmediata es el cierre débil de Wall Street y de Europa el martes, en plena cuenta atrás para los resultados de Nvidia y para los datos de empleo de EE. UU., retrasados por el cierre de la administración estadounidense.
Wall Street y Europa: toma de beneficios en el trade de la IA
En Nueva York, el Dow Jones cedió en torno a un 0,7% hasta los 46.274 puntos, el S&P 500 cayó alrededor de un 0,3% y el Nasdaq retrocedió cerca de un 0,7%, encadenando cuatro jornadas de descensos. Es una corrección todavía modesta en puntos, pero significativa en el contexto de un año dominado por la narrativa del “trade de la IA”.
Gran parte de la presión viene precisamente de ese frente: las grandes tecnológicas asociadas a la nube y a la inteligencia artificial cotizan a múltiplos muy exigentes, y cualquier señal de enfriamiento de beneficios –o incluso de gasto de capital desbocado– se traduce en ventas rápidas. Nvidia, que publica resultados esta semana, se ha convertido en el termómetro de la demanda de chips para IA y, en la práctica, del propio relato de crecimiento del mercado.
Europa no ofreció refugio: el STOXX 600 cayó alrededor de un 1,8% hasta mínimos de un mes, con los índices alemanes acercándose a niveles que no se veían desde hace cinco meses. El mensaje es claro: el nerviosismo no es sólo estadounidense, sino global, y el mercado empieza a descontar que la Reserva Federal podría tardar algo más de lo deseado en recortar tipos, al tiempo que duda de que el crecimiento y los beneficios empresariales justifiquen las valoraciones actuales de muchos sectores, especialmente tecnología.
Asia recoge el testigo: Japón y Corea, los más golpeados
Con este telón de fondo, Asia recoge el testigo en tono claramente bajista. El Nikkei se desplomó en torno a un 3,2% hasta los 48.702,98 puntos, su mayor caída diaria desde abril, arrastrado por la toma de beneficios en valores de semiconductores y tecnología de alto crecimiento.
El KOSPI surcoreano, muy expuesto a los fabricantes de chips y a la cadena de valor de la IA, perdió más de un 3,3% hasta la zona de 3.953 puntos. En China continental, el Shanghai Composite cedió alrededor de un 0,8% y el CSI300 también retrocedió, mientras que el Hang Seng de Hong Kong cayó cerca de un 1,7%. Los inversores en la región están haciendo exactamente lo mismo que en Occidente: reducir riesgo en los sectores que han liderado las subidas, a la espera de comprobar si los beneficios acompañan.
Bonos y divisas: modo risk-off clásico, sin pánico
En renta fija, la fotografía encaja bien con un modo “risk-off” clásico. El rendimiento del Treasury a 10 años cayó hacia la zona del 4,09%, reflejando un mayor apetito por activos refugio en paralelo a la corrección bursátil y a unos indicadores laborales estadounidenses algo más débiles que en meses anteriores. En Europa, el Bund a 10 años también vio descender sus tipos, aunque de forma más moderada.
En Japón el movimiento fue el inverso: los bonos soberanos nipones estuvieron bajo presión y el 10 años subió hasta máximos no vistos desde 2008, en medio de dudas sobre el tamaño de un posible nuevo paquete de estímulos y la sostenibilidad fiscal del país.
En divisas, el dólar mantiene el pulso. El índice dólar rebotó y se mueve con ligeras subidas, apoyado en la combinación de debilidad de bolsas y la prudencia de la Fed. Frente al yen volvió a marcar niveles muy elevados, en torno a 155,5, algo que sigue incomodando al mercado por el riesgo de nuevas intervenciones o giros de política del Banco de Japón. El euro se mantiene contenido frente al billete verde, mientras que las divisas ligadas al ciclo global, como el dólar australiano y neozelandés, ceden terreno y se mueven en la zona de 0,65 y 0,56 dólares respectivamente, presionadas por la aversión al riesgo.
Materias primas: oro firme, metales industriales bajo presión
Las materias primas ofrecen un cuadro mixto, pero con un patrón claro: lo defensivo aguanta mejor que lo cíclico. El oro repunta alrededor de un 0,4% desde mínimos de una semana y se sitúa por encima de los 4.070 dólares la onza, apoyado en la caída de rentabilidades reales y en la búsqueda de refugio.
En cambio, el cobre encadena su tercera sesión a la baja, lastrado por la venta generalizada de activos de riesgo y por dudas sobre el impulso industrial, lo que lo lleva a mínimos de casi dos semanas. El mineral de hierro sube por segundo día consecutivo hasta máximos de dos semanas en Dalian, apoyado en una demanda a corto plazo todavía sólida en China, aunque con parte de los inversores aprovechando para tomar beneficios. El petróleo Brent se mantiene con avances moderados, en torno a los 65 dólares, en un tira y afloja entre las sanciones a Rusia, la debilidad del sentimiento de riesgo y las expectativas sobre política monetaria.
Qué vigila ahora el mercado asiático
Para los inversores asiáticos que se despiertan con este panorama, el mensaje es doble. Por un lado, la corrección global tiene una lógica clara: después de un año de fuertes subidas, la combinación de dudas sobre la duración del boom de la IA, la fragilidad de algunos datos macro y la incertidumbre sobre el calendario de recortes de tipos exige una rebaja de expectativas.
Por otro, el foco inmediato está muy definido: los resultados de Nvidia y los datos de empleo de EE. UU. serán las dos pruebas de fuego que decidirán si este episodio de volatilidad se queda en una sacudida técnica o se convierte en el inicio de una fase de ajuste más profunda en las bolsas globales.

